miércoles, 17 de junio de 2015

FRANCISCO TOMAS ORTUÑO ( Peces Nuevos )

A los dos meses pudo entrevistarse con el administrador. Fué recibido en un salón versallesco con guardias  en la puerta.
¿ Qué se le ofrece a usted?  Sabrá perdonarme señor Arcadio., Al grano , al grano … Es que las cosas no van bien por casa… y he pensado que por una sola vez y sin que sirva de precedente… si me podía prestar algún dinero.. Ya lo sabia… bueno, hombre de Dios, para eso contamos, no se preocupe…pase por la administradoras general doña Esperanza Min Cruz de Plata, y ella le dirá lo que tiene que hacer. No se exceda usted, don Raimundo, que luego los intereses son aves de rapiña… ya me entiende. Si, si claro, don Arcadio, es usted un santo. Don Salvador Castroverde, director del banco Mecenas de Colmenar Hondo, levantó la caza. Le dio a conocer , por un escrito detallado a cada uno de los veinte propietarios de la finca. La Alondra, la situación en que hallaba dicha vivienda.  El último préstamo solicitado, tras reunirse la cúpula bancaria en sesión solemne y ex profeso había sido denegado. La situación de la comunidad era francamente negativa y el banco era ya prácticamente el dueño de todos sus bienes. En una palabra que estaban hipotecados.

Los veinte `propietarios de la Alondra, en una  reunión de urgencia  se encargaron en asamblea extraordinaria. Expuesta que fue la difícil situación económica por que atravesaba la comunidad, se pensó en los gastos desorbitados que  llevaba don Arcadio. Dificil fue que les recibiera, pero al  fin tras muchas instancias y  compromiso, pudo acceder a su despacho una comisión en nombre de los demás y suya propia. Creemos que los gastos son excesivos. ¡ Qué más? Que sus sueldos son astronómicos. ¿ Qué más? Que con su gestión  la comunidad se viene abajo. Don Arcadio guardaba silencio. Miró detenidamente a los emisarios. Y usted.- precisamente usted me dice esto cuando me debe a mi, a mi ¿ ,me oye?  Más de media finca. O usted don Acisclo de las Heras. O usted Don Pelayo Cacahuete . Ustedes precisamente que han sabido de mi generosidad, vienen a decirme que administro mal.. No es eso  don Arcadio -se atrevió a responder don Acisclo , removiéndose en su asiento, no es eso.¿ Como que no es eso? – vociferó el administrador.-¿ Que quieren entonces, echarme? “Por votación fui nombrado y no hay fuerza legal que me eche, ¿me oyen?  mis derechos son mas derechos ¿es que me los van a negar? Miró retadoramente a los tres y luego prosiguió más despacio. Salgan de mi despacho y ya veré lo que puedo hacer por ustedes. Sabíamos que nos comprendería don Arcadio. Y así diciendo llegaron hasta la puerta .. No se preocupen haré cuanto esté en mi mano – les empujó hacia  fuera.

martes, 16 de junio de 2015

ISAAC ASIMOV (Relatos de robots)

Estoy intentando explicarle algo. Que mis coches comprenden lo que yo les digo. Un motor positrónico aprende a hacerlo, con paciencia y tiempo- Sally emprendió su proposición hace dos días . Recordará que se echó a reír cuando  le pedí su opinión , sabe lo que le hizo a ella y a los dos sedanes a los que apartó de aquella forma. Y los demás saben qué hacer hacia los intrusos en general. Mire viejo chiflado. Todo lo que yo tengo que decir es… Alcé mi voz-¡ Cogedlos!
Uno de los hombres se puso pálido y chilló, pero su voz vio completamente ahogada por el sonido de cincuentas bocinas resonando a la vez: Mantuvimos su intensidad  y dentro de las cuatro paredes del garaje los ecos se convirtieron en una loca llamada metálica. Dos coches avanzaban,  sin apresurarse, pero sin error posible respeto a su blanco. Otros dos coches se colocaron en línea con los dos primeros. Todos los coches estaban agitados. Los malhechores miraron a su alrededor, luego retrocedieron-¡ No se coloquen contra las paredes. Aparentemente aquel había sido su primer  pensamiento instintivo,´Echaron a correr alocados hacia la puerta del garaje  - Los hombres estaba al otro lado de la puerta y los coches se lanzaron era de noche hacían chirriar su neumática etc-etc-


lunes, 15 de junio de 2015

PATRICIA HIGHSMITH (La coartada perfecta)

Variaciones sobre un juego- Era una situación imposible Penn Kenowlton se convenció de ello tan pronto como se dio cuanta que estaba enamorado de Ginnie Ostranders… la señora de David –Penn no podía verse en el papel de destrozamatrimonios, aunque, Ginnie dijera que deseaba divorciarse de David mucho antes de conocerle . David no le concedería el divorcio, este era el asunto. La única cosa decente que podía hacer , había decidido Penn, era abandonar el asunto, marcharse antes de que David sospechara algo. No era que se considerarse noble, pero había algunas situaciones…Perin se dirigió a la habitación de Ginniee en el segundo piso de la casa, llamó, y la  voz alegre y más  bien aguda de ella respondió . ¿ Eres tú Penn? ¡ Entra ¡ Estaba tendida en la chaise longue, iluminada por el sol, con unos pantalones negros ajustados y una blusa amarilla, y estaba cosiendo un botón de una de las camisas de David.¿ No parezco hogareña? – preguntó, mientras se apartaba un mechón de pelo rubio de la frente.- ¿ Necesitas que te cosa algún botón querido?- A veces le llamaba también querido cuando David estaba por los alrededores. Ella miró hacia la puertas como para asegurarse de que no había nadie en las inmediaciones, luego frunció los labios y besó el aire entre los dos.

GUSTAVE FLAUBERT MADAME BOVARY.

Pero que me va usted a decir. ¿Acaso no lo sé todo? ¡Tio Rault! Balbució Carlos. -¡Si no deseo otra cosa ¡Aunque sin duda la chica será también de mi opinión, es preciso sin embargo, preguntárselo. Váyase usted. Yo volveré a casa. Si dice que si entérese usted bien; si dice que si no tendrá usted necesidad de volver, a causa del qué dirán, y porque ella se ruborizaría. Pero para que no se desespere, abriré la persiana de la ventana contra la pared. Usted podrá verla inclinándose sobre la cerca.
Y se alejó. Carlos ató su caballo a aun árbol y corrió hacia el sendero, donde esperó. Pasó una media hora. Conto después diecinueve minutos en su reloj. De repente se oyó un golpe contra la pared. Era el anunciado choque de la persiana. La falleba temblaba todavía. A la mañana siguiente a las nueve se hallaba en la granja- Emma se puso encarnada al verle, esforzándose en sonreír, por el bien parecer; el tio Rouault  abrazó a su futuro yerno. Hablaron de los asuntos de los intereses, y eso que había tiempo, porque el matrimonio no podía verificarse decentemente antes de que acabase el luto de Carlos, es decir, hasta la primavera del año próximo. El invierno pasó en esta expectación. Emma se ocupó de su trousseau –Una parte de él se encargó de Rousen, y ella misma confeccionó camisas y gorros de dormir, según los dibujos y figurines de los periódicos de modas que pidió prestados.

miércoles, 10 de junio de 2015

MARK TWAIN (El hombre que corrompió a Hadleyburg)

Al menos la gente de la  ciudad pensaban que daban una impresión, pero la idea  pudo haber surgido de que sabían de que aquellas señoras nunca antes habían vestido aquellos vestidos tales ropas.

El saco de oro estaba sobre una mesita en la parte delantera del estrado donde todo el mundo pudieras verlo. La mayor parte de los presentes lo miraban con un interés ávido, un interés de hacerse la boca agua, un interés melancólico y lastimoso; una minoría de diecinueve parejas lo contemplaba con ternura, con cariño, con afán de posesión, y la mitad masculina de esta minoría  se dedicaba a repetir en su fuero interno los pequeños conmovedores e improvisados discursos de agradecimiento por los aplausos y felicitaciones que el público en seguida les iba a brindar tras ponerse en pié. De vez en cuando uno de ellos sacaba un pedazo de papel del bolsillo de su chaleco y lo miraba a hurtadillas para refrescarse la memoria. Desde luego el murmullo de la conversación no cesaba, como siempre;  pero al final cuando el reverendo señor Burgess se levantó y puso la mano en el saco, pudo escuchar el vuelo de una mosca de tan callado que quedó el lugar.

sábado, 6 de junio de 2015

ISAAC ASIMOV (Relatos de robots)

Cincuenta y un coches empezó a encariñarse también con Marrhew. No tenia a nadie a quien amar. Se había divorciado y había sobrevivido a tres esposas, y había sobrevivido a cinco hijos y tres nietos. De modo que  cuando murió, no resultó sorprendente que convirtiera su propiedad en una granja para automóviles retirados, dejándome! ISAAC ASIMOV  ( relatos de robots) A su manera Arridge a mi a cargo de todo, con Matthew  como primer miembro de una dinastía distinguida estirpe. Así se transformó mi vida. Nunca me casé. No puedes casarte y seguir atendiendo a los automatismos del modo en que debes hacerlo. Los periódicos dijeron que se trataba de algo curioso, pero al cabo de un tiempo dejaron de hacer chistes sobre ello. Hay algunas  cosas sobre las que no pueden hacerse chistes. Quizá ustedes no puedan permitirse nunca uno  de esos automatismos y quizá nunca lo deseen tampoco, pero créanme,  uno termina enamorándose de ellos. Trabajan duro y son afectuosos. Se necesita a un hombre sin corazón para tratarlos mal o permitir que otro lo maltrate

Gustave Flaubert (Madame Bovary)

Estábamos en la sala de estudios cuando entró el director seguido de un novato vestido  de aldeano y de un mozo que llevaba un gran pupitre. Los que dormían despertaron, y cada cual se levantó como sorprendido en su tarea. El director nos hizo seña para que volviéramos a sentarnos, y después  dirigiéndose hacia el pasante le dijo en voz baja- M. Roger, os recomiendo a este discípulo. Entra en el quinto; si su trabajo y su conducta son meritorios, pasará a los mayores, como corresponde a su edad. Metido en el ángulo detrás de la puerta, hasta e el punto de que apenas se le veía, estaba el novato. Un muchachote del campo, de unos quinde años de edad próximamente, y más alto que ninguno de nosotros. Llevaba el pelo cortado al rape sobre la frente, como un sochantre de  aldea. Su aspecto era juicioso y asaz embarazado. Aunque no era muy ancho de espaldas, su chaqueta de paño verde con botones negros debía incomodarle en las costuras, y dejaba ver por las mangas unas muñecas rojas acostumbradas a estar desnudas. Sus piernas con medias azules, salían de un pantalón amarillento, muy estirado por los tirantes. Calzaba unos zapatos fuertes, mal embetunados y guarnecidos de clavos. 
Comenzóse a recitar las lecciones. El novato aplicó el oído, atento como en un sermón, no atreviéndose ni aun a cruzar las piernas ni apoyarse sobre el codo; y a las dos cuando sonó la campana, el maestro tuvo que advertirle que se colocara en fila entre nosotros.
Teníamos la costumbre, al entrar en clase, de tirar nuestras gorras al suelo, a fin de tener más libres las manos. Era preciso lanzarlas  desde el umbral de la puerta sobre el banco, pero de modo que pegasen antes sobre la pared y levantaran mucho polvo, tal era allí el estilo. Pero sin que no se hubiera fijado en aquella maniobra, o que no se atreviera a ejecutarla, ya había acabado la oración, y el novato tenia todavía la gorra sobre las  rodillas. Era una de esas gorras de orden  compuesto, donde se encuentran los elementos de la gorra de pelo del chascás, del sombrero redondo y del gorro de algodón; una de esas prendas, en  fin cuya muda fealdad tiene profundidades de expresión como el semblante de un imbécil.


Desde tiempo inmemorial...

Desde tiempo inmemorial, han dicho cien veces los testigos ¡ Mentiras!, replica doña Berta ...Buenos eran los Rondaliegos de antaño  pasta consentir a los sarnosos marchitarles con los calcaños puercos la hierba del Aren ¡ Los Rondaliegos no querían nada con nadie ; se casaban unos  con otros, siempre con parientes, y no mezclaban la sangre ni la herencia. No se dejaban manchar el linaje ni los prados. Ella doña Berta, no podía recordar es claro, desde cuando había sendas públicas que cruzaban sus propiedades, pero el corazón le daba que todo aquello debía de ser desde la caída del antiguo régimen, desde que había liberales y cosas así por el mundo. Por aquí no se va a ninguna parte: desde el finibusterre del mundo, dice doña Berta, que tiene caprichosas nociones  geográficas; un mapa-mundi homérico, por lo soñado; Y piensa que la  tierra acaba en punta, y que la punta es zahornín, con Susacasa, el prado, harén y posadorio. Ni los moros ni los romanos pisaron jamás la hierba del Aren , dice ella un día y otro día a su fidelisima Sabelona ( Isabel grande) criada de los Rondaliegos desde los diez años y por la cual tampoco pasaron moros ni cristianos, pues aun es tan virgen como la parió su madre, y hace de esto setenta inviernos. ¡ Ni los moros , ni los romanos! , repite por la noche doña Berta a la luz del candil, junto al rescoldo de la cocina, que tiene el hogar en el  suelo; y Sabelona inclina la cabeza, en señal de asentimiento, con la misma credulidad ciega con que poco después repite arrodillada los  actos de fé que su ama va recitando delante. Ni doña Berta ni Isabel saben de romanos  y moros cosa mayor,  fuera de aquellas noticia negativa de que nunca pasaron por allí; tal vez no tienen seguridad completa de la total ruina del imperio de Occidente ni de la toma de Granada, que doña Berta, al fin más versada en ciencias humanas, confunde un poco con la gloriosa guerra de África, y especialmente con la toma de Tetuán.

Trata de llevar una vida que contenga momentos placenteros.

Trata de llevar una vida que contenga momentos placenteros- Aprende a valorar todas aquellas experiencias, que por modestas que sean, te hacen sentir a gusto contigo mismo. Disfruta del presente. Procura ser autosuficiente. No dependas de condiciones externas para ser feliz.