jueves, 26 de noviembre de 2015

MIGUEL DELIBES – (La contradicción )

Tenia rojo lo  blanco de los ojos y al abrirlos observó, abrumado, las paredes y los muebles. La blancura de la salita le deslumbraba.  Sor Matilde se  aproximó suavemente a su lecho: Hijo ¿ Estas mejor? Él hizo un esfuerzo desmedrado y de sus labios exangües surgió un gruñido. Se los humedeció con la punta de la lengua y gruñó de nuevo. Miraba a la monja con los rojos de los ojos en lugar de con las pupilas, como los perros díscolos cuando comen. Dijo Sor Matilde:
Aguarda voy a avisar. Él era todavía un muchacho que antes de ser arrollado se estremecía escuchando el paso doble El valiente. Luego no, porque sentía  el pecho como si tuviera descansando sobre él una apisonadora, y de cuando en cuando le asaltaba la impresión de que las costillas de delante se juntaban con las de atrás y le estrujaban los pulmones. A veces pensaba que en su  pecho había  una inscripción; carga 3,OOO kilogramos. El médico le previno una hora antes a sor Matilde <cuatro costillas fracturadas. Probable fractura de la base del cráneo. Conmoción visceral. Pronostico muy grave.> El muchachito no experimentaría ahora ninguna emoción alguna escuchando  los compases del valiente. Solo apetecía que la apisonadora se apease de su pecho, poder respirar. Dijo. Un momento madre. Sor Matilde sonrió hacia arriba. Formaban  sus labios un hociquillo extravagante al tratar de sonreír. Se acercó a él y le tocó la frente con extremada delicadeza. No soy madre soy hermana.Bueno sor Matilde… Yo  tuve una hermana que quiso ser hermana como usted. Era Modes, la segunda no tenia seis años y me dijo un día <<Yo quiero ser monja, ¿ me comprende o no? Sor Matilde sonrió alzando el labio superior.Tomó una mano del enfermo y la buscó el latido del pulso. No lo encontraba y cerró la boca con un gesto contrariado. Al hacerlo se dibujaba  más relevante la curva de su mandíbula. No era duro su rostro, empero. Sus ojos desbordaban una alegría rutilante.La superiora  le decía. Esos ojos  sor Matilde , esos ojos Bendito sea el nombre del señor, pero ella sentía una curiosidad invencible por las cosas de fuera..No acertaba a remediarlo. Mi curiosidad se la ofrendo a Dios, solía decirse en los momentos de recogimiento. Ahora miraba al muchacho compasivamente.Le imbuía una suerte de estupor constatar de debilidad, casi imperceptible, del pulso.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

GABRIEL GARCIA MÁRQUEZ (CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA)

Acompáñala tú-ordenó mi padre. Jaime corrió detrás de ella sin saber qué pasaba ni para donde iban, y se agarró de su mano.” Iba hablando sola” , me dijo Jaime “ hombre de mala ley, decía en voz muy baja, animales de mierda que no son capaces de hacer nada que no sean desgracias. “ No se daba cuenta ni siquiera de que llevaba el niño de la mano “ Debieron pensar que me había vuelto loca”, me dijo Lo único que recuerdo es que se oia a lo lejos un ruido de mucha gente, como si hubiera vuelto a empezar la fiesta de la boda, y que todo el mundo corría en dirección de la plaza” Apresuró el paso, con la determinación de que era capaz cuando estaba una vida de por medio, hasta que alguien que corria  en sentido contrario se compadeció de su desvarío.
No se moleste Luisa Santiaga le gritó al pasar-, y lo mataron.
Bayardo San Román, el hombre  que devolvió a la esposa, había venido por primera vez en Agosto del año anterior seis meses antes de la boda.llegó en el buque semanal  con unas alforjas guarnecidas de plata que hacían juego con las hebillas de la correa y las argollas de los botines.Andaba por los treinta años; pero muy bien escondidos, pues tenia una cintura angosta de novillero, los ojos dorados, y la piel cocinada a fuego lento por el salitre. Llegó con una chaqueta corta y un pantalón muy estrecho, ambos de becerro natural, y unos guantes de cabritilla del mismo color, Magdalena Oliver había venido con él en el buque y no pudo quitarle la vista de encima durante el viaje.” Parecía marica” me dijo y era una lastima porque estaba  como para embadurnarlo de mantequilla y comérselo vivo.

martes, 24 de noviembre de 2015

EL JUEGO DE LA VIDA Florence Scovel Shinn (La ley del perdón).

El hombre no recibe más de lo que dé. El juego de la vida es un juego parecido al lanzamiento de un boomerang. Aquello mismo que un hombre piensa, sus acciones y sus palabras termina por manifestarse, tarde o temprano, con una precisión que es realmente asombrosa.
Aquí nos encontramos con la ley universal del karma, que significa en sanscrito "retorno". Todo aquello que un hombre siembra, eso mismo cosechará.
Una de mis amigas me contó la historia siguiente, que ilustra perfectamente  esta ley. Una de mis tías me ayudó sin darme cuenta que lo que hacia a liberarme de mi karma  personal, aquello mismo que yo decía otro me lo repetía. Yo estaba a menudo irritada en casa, y un día le dije a mi tía que hablaba durante la cena. Deja de hablar, deseo comer en paz.
Al día siguiente desayunaba con una señora a la que quería causar una buena impresión. Yo hablaba con animación, hasta que ella me dijo.” ¡Deja ya de hablar,  deseo comer en paz!
Mi  amiga se encuentra en un nivel elevado de conciencia, por lo tanto su karma actúa más rápidamente que el de una persona que está todavía sobre el plano mental.

sábado, 21 de noviembre de 2015

CAPITULO XXXIII – D. Quijote de la Mancha.

Mira que no hay joya en el mundo que tanto  valga como la mujer casta y honrada, y que todo el honor de las mujeres consiste en la opinión buena que dellas se tiene; y pues la de tu esposa es tal que llega al extremo de bondad que sabes, ¿ para qué quieres  poner esta verdad en duda ¿Mira, amigo, que la mujer es animal imperfecto, y que no se le han de poner embarazos donde tropiece y caiga, sino quitaselos y despejalle el camino de cualquier inconveniente, para que  sin pesadumbre corra ligera para arrancar la perfección que le falta, que  consiste en el ser virtuosa.Cuentan los naturales que el arminio es un animalejo que tiene una piel blanquísima, y que cuando quieren cazarle los cazadores, usan de este artificio: que sabiendo las partes por donde suele pasar y acudir, las atajan con lodo, y d espues, ojeándole le encaminan hacia aquel lugar, y asi como el arminio llega al lodo, se está quedo y se deja prender y cautivar, a trueco de no pasar por el cieno y perder y ensuciar su blancura, que la estima más que la libertad y la vida. La honesta y casta mujer es  arminio, y es más que nieve blanca y limpia la virtud de la honestidad; y el que quisiere que no la pierda, antes la guarde y conserve, ha de usar de otro estilo diferente que con el arminio se tiene, porque no le han de poner delante el  cieno de los regalos y servicios de los importunos amantes, porque quizá, y aun no quizá, no tiene tanta virtud y fuerza natural, que pueda por si mesma atropellar y pasar por aquellos embarazos, y es necesario quitárselos y ponerle delante la limpieza de la virtud y la belleza que encierra en si la buena fama. Es asi mismo la la buena mujer como erspejo de cristal luciente y claro, pero está sujeto a empañarse y escurecerse con cualquiera aliento que le toque. Hase de usar copn la honesta mujer el estilo que con las reliquias: adorarlas, y no tocarlas, Hase guardar y estimar la mujer buena como se guarda y estima un hermoso jardin que está lleno de flores y rosas, cuyo dueño no consiente que nadie le pasee ni manosee; basta que desde lejos y por entre las verjas de hierro gocen de su fragancia y hermosura.  Unos versos- es de vidrio una mujar pero no se ha de probar si se puede o no quebrar.

jueves, 19 de noviembre de 2015

OG MANDINO – Como conseguir que la gente le ayude a triunfar-

En cuanto aprenda este valioso principio del éxito, y lo utilice, los resultados le sorprenderán.
Usted acaba de aprender el valor de la importancia de no criticar a los demás.
Las personas heridas por sus palabras o actos descuidados, trabajan y conspiran contra usted y solo buscaran hacerle daño a usted y a su carrera.
Ahora bien ¿ Como conseguir que otros tiren con usted y no contra usted? ¿ Cómo conseguir que se sitúen en su rincón, que lo aclamen, que lo animen a la victoria? ¿Cómo conseguir que ellos le den lo que quiere sin utilizar la fuerza, el miedo o la manipulación? Em resumen,¿ como conseguir que las personas hagan lo que usted desea?
Como ocurre con todas las otras grandes verdades la  respuesta es sencilla, tan sencilla que la pasamos por alto en nuestras búsqueda de respuestas más complejas y enrevesadas al problema de inducir a los demás para que nos den lo que queremos, o se muevan en la dirección que deseamos. Entrenadores, gerentes de venta, ejecutivos, negociadores,supervisores, maestros, líderes religiosos y, si, los padres, todos buscan en los demás el botón rojo > que les permita hacer su tarea más fácil mientras que los seminarios sobre motivación florecen por doquier, seminarios carísimos, que enseñan en dos o tres clase una técnica que usted aprenderá de un maestro rn unos pocos minutos.
El logro del éxito nunca es una actuación <solista>  como le confesaran aquellos que han intentado esta ruta. Hay una manera de viajar más fácil y mucho mejor; y lo  lejos que llegue depende, de lo bien que asimile esta lección. En la medida que usted da a los demás lo que quieren ellos le darán lo que usted quiere.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

OG MANDINO ( TRADUCCIÓN DE ALBERTO COSCARELLI ) –

Primero hacemos nuestros hábitos y después nuestros hábitos nos hacen a nosotros.
La vida tiene un riesgo inevitable. Cada vez que respiramos es un riesgo. El infarto, un accidente de coche, las inspecciones de hacienda, los problemas laborales; todo tipo de malas noticias esperan asaltarnos sin previo aviso. Por eso es tan difícil para los humanos jugar al juego de la vida. Es un equilibrio difícil. En ocasiones quizá jugar el juego de la vida. Es un equilibrio difícil. En ocasiones quizá apostamos demasiado a una carta y otras nos sentimos  tan heridos y estafados que queremos dejar de jugar para siempre.Pero la meta es, en cierto sentido, encontrar una manera de jugar el juego que nos permita jugar sin quemarnos.
Cuando nos movemos más allá de la seguridad y la familiaridad de nuestros hábitos y nos comportamos de una manera que se aparta de nuestras costumbres, experimentamos cierta tensión. Puede ser suave, una leve opresión en el pecho, o más pronunciada, palpitaciones, náuseas, diarreas, desmayos o incluso pánico. Si pensamos demasiado en las posibles consecuencias de un cambio, las ratas del miedo saldrán de nuestros sótanos mentales para atacarnos. Cualquier cosa nueva puede ser aterradora. Correr riesgos en la vida es algo muy parecido a invertir dinero; la ganancia potencial refleja en parte el grado de riesgo. Cuanta más alta la apuesta, más emocionante resulta el juego.

lunes, 16 de noviembre de 2015

CAPITULO XXXII- Don Quijote-

Mirar hermano tornó el cura-, que no hubo en el mundo más que los libros de caballerías cuentan; porque todo es compostura y ficción de ingenios ociosos, que los compusieron para el efecto que vos decís de entretener el tiempo, como lo entretienen  leyéndolos vuestros segadores.Porque realmente os juro que nunca tales caballeros fueron en el mundo, ni tales hazañas ni disparates acontecieron en el.- A otro perro con ese hueso- respondió el ventero-¡ Como si yo no supiese cuantas son cinco, y  adónde me aprieta el zapato! No piense vuestra merced darme papilla, porque por Dios que no soy nada blanco. Bueno es que quiera darme vuestra merced a entender que todo aquello que estos buenos libros dicen sean disparates  y mentiras, estando impreso con licencia de los señores del Consejo Real, como si ellos  fueran gente que habían de dejar imprimir tanta mentira junta, y tantas batallas, y tantos encantamiento, que quitan el juicio!
Ya os he dicho, replicó el cura-, que ello se hace para entretener nuestros ociosos pensamientos; y así como se consiente en las repúblicas bien concentradas que haya juegos de ajedrez, de pelota y de truco, para entretener a algunos que ni quieren, ni deben, ni pueden trabajar, así consiente imprimir   y que haya tales libros, creyendo que es verdad. Que no ha de haber alguno tan ignorante, que tenga por historia verdadera ninguna de estos libros. Y si me fuera licito agora, y el auditorio lo requisiera, yo dijera cosas acerca de lo que han de tener los libros de caballerías para ser buenos que quizá fueran de provecho, y aun de gusto para algunos; pero yo espero que vendrá tiempo en que lo pueda comunicar con quien pueda remediallo.

ALBERTO COSCARELLI ( =OG MANDINO)

Le dijo al hombre que pensaba casarse con la mujer y que le agradecería que no volviera más por la casa. El hombre se echó a reír y continuó yendo todas las tardes. A la vista del problema y mientras se preguntaba si tendría que recurrir a métodos violentos para apartar al hombre. X consideró las posibilidades. Comprendió de pronto que el hombre, al ser mucho más poderoso y quizá capaz de adivinar sus intenciones, podía atacar primero y volverlo impotente para ocupar su lugar. Esta amenaza de castración aunque solo existía en la mente de X, lo asustó tanto que renunció a a cualquier plan de ocupar el puesto del hombre. Esto lo llevó casi a situarse ene el extremo opuesto. A partir de la teoría de que si no puedes vencerlos, únete a ellos , se dedicó a identificarse con el hombre y procurar ser mas como él . Este episodio los llevó a convertirse en buenos amigos y admiradores de la mujer. X    llevaba con ellos unos cuatro años cuando ocurrió este contratiempo y aprendió que lo más conveniente seria ampliar sus horizontes. En consecuencia comenzó a aventurarse cada vez más lejos de la mujer; Al principio, por supuesto, no había podido caminar, pero a medida que se fortalecieron sus músculos, empezó a dar pequeños pasos con la ayuda de la mujer, y ahora caminaba bastante bien sin su ayuda. Se lanzó a ver algo de la aldea, pero sin alejarse mucho por si acaso tenia que pedir socorro. Conoció a los nativos de las chozas vecinas, observó sus costumbres, aumentó su vocabulario y aprendió algunas nuevas técnicas. Fue así como comprendió que había acertado al suponer que la mujer era un modelo de los demás nativos y confirmó muchas de las conclusiones que había sacado cuando ella había sido su única referencia. Una de las más agradables que también las otras personas lo  encontraban simpático y atractivo, y esto le infundió una alegre confianza en él mismo. No le costó trabar amistad con los nativos. A ellos les gustaba su sonrisa y su decisión. Aprobaban sus esfuerzos  por conocer y dominar el mundo en el que se encontraba.



viernes, 13 de noviembre de 2015

CAPITULO XXXII – Que trata de lo que sucedió ene la venta a toda la cuadrilla de don Quijote.

Acabóse la buena comida, ensillaron luego y, sin que les sucediese cosa digna de contar, llegaron otro día a la venta; espanto y asombro de Sancho Panza; y aunque él quisiera no entrar en ella, no lo pudo huir. La ventera, ventero, su hija y Maritormes que vieron venir a don Quijote y a Sancho, les salieron a recibir con muestras de alegría, y él las recibió con grave continente y aplauso, y dijoles que le aderezasen otro mejor  lecho que la vez pasada; a lo cual le respondió la huéspeda que como le pagase mejor que la otra vez, que ella se la daría de príncipes. Don Quijote dijo que si haría, y asi le asderezaron uno razonable en el mismo caramanchón de marras, y éel se acostó luego,  porque venia muy quebrantado y falto de juicio.
No se hubo bien encerrado cuando la huespeda arremetió al barbero, y asiéndole de la barba dijo.
Para mi santiguada que no se ha aún de aprovechar de mi rabo para su barba, y que me ha de volver mi cola; que anda lo de mi marido por esos suelos, que es vergüenza; digo, el peine, que solía yo colgar de mi buena cola. No se la quería dar el barbero, aunque ella más tiraba, hasta que el licenciado le dijo que se le diese; que ya no era menester más usar de aquella industria, sino que se descubriese y mostrase en su misma forma y dijese a don Quijote que cuando le despojaron los ladrones galeotes se había venido a aquella venta huyendo; y que si preguntase por el escudero de la princesa, le dirían que ella le había enviado adelante a dar aviso a los de su reino como ella iba y llevaba consigo el libertador de todos. Con esto dio de buena gana la cola a la ventera.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Don Quijote de la Mancha ( capítulo XXXI )

Oh, que necio y que simple  eres, dijo don Quijote. Y no ves Sancho que eso todo redunda en su mayor ensalzamiento?  Porque has de saber que este nuestro estilo de caballeria es gran honra tener una dama muchos caballeros andantes que la sirvan, sin que se estiendan más sus pensamientos a servilla por solo ser ella quien es, sin esperar otro premio de sus muchos y buenos deseos si no que ella se contente de acetarlos por sus caballeros.
Con esa manera de amor dijo Sancho he oído yo predicar que ha de amor a nuestro Señor, por si solo, sin que nos mueva esperanza de gloria o temor de pena. Aunque yo le querría amar y servir por lo que pudiese.
¡Válate el diablo por villano –dijo don Quijote- y qué de discreciones dices a las veces! No parece sino que has estudiado.-  Pues a fe mía que no sé leer- respondió Sancho.
En esto les dio voces maese Nicolás que esperasen un poco;  que querían detenerse a beber en una fontecilla que allí estaba. Detúvose don Quijote, con no poco gusto de Sancho, que ya estaba cansado de mentir tanto y temía que le cogiere su amo a palabras, porque, puesto que él sabia que Dulcinea era una labradora del Toboso, no la había visto en toda su vida.
Habíase en este tiempo vestido Cardenio los vestidos que Dorotea traía cuando la hallaron, que aunque no eran muy buenos, hacían mucha ventaja a los que dejaba. Apeáronse junto a la fuente, y con lo que el cura se acomodó en la venta satisfacieron, aunque poco, la mucha hambre que todos traían.
Estando en esto,  acertó a pasar por allí un muchacho que iba de camino, el cual, poniéndose a mirar con mucha atención a los que en la fuente estaban, de allí a poco arremetió a don Quijote y, abrazándole por las piernas comenzó a llorar muy de propósito, diciéndole. ! Ay señor mío! ¿ No me conoce vuestra merced? Pues míreme bien, que yo soy aquel mozo Andrés que quitó vuestra merced de la encina donde estaba atado.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

José Saramago –


Cuando Cipriano Algor dobló en la última manzana de la población y miró hacia el lugar donde se encuentra la alfarería, vio encenderse la luz exterior, un antiguo farol de caja metálica colgado sobre la puerta de la vivienda, y, aunque no pasase una sola noche sin que lo encendiese, sintió esta vez que el corazón se le reconfortaba y se le serenaba el ánimo, como si la casa estuviese diciéndole, estoy esperándote. Casi impalpables llevadas y traídas al sabor de las ondas invisibles que impelen el aire, unas minúsculas gotas le tocaron la cara, faltará mucho para que el molino de las nubes recomience  a cerner su harina de agua, con toda esta humedad no sé cuando vamos a conseguir que las piezas se sequen. Ya sea por influencia  de la mansedumbre crepuscular o de la breve  visita evocativa al cementerio, o incluso lo que seria una compensación afectiva por su generosidad, al haberle dicho a la mujer de luto que le regalaría un cántaro nuevo, Cipriano Algor, en este momento no piensa en decepciones de no ganar ni en miedos de llegar a perder. En una hora como ésta,  cuando pisas la tierra mojada y tienes tan cerca de la cabeza la primera piel del cielo, no parece posible que te digan cosas tan absurdas como que te vuelvas atrás con la mitad del cargamento o que tu hija te va a dejar solo un día de éstos.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Gustavo Adolfo Bécquer

¿ Donde está el escudero favorito del Conde de Gómara?, y mi señor callará con vergüenza, y sus pajes y sus bufones dirán en son de mofas: El escudero del conde no es más que un galán de justas, un lidiador de cortesía.
Al llegar a este punto. Margarita  levantó sus ojos, llenos de lágrimas, para fijarlos en los de su amante, y removió los labios como para dirigirle la palabra; pero su voz se ahogó en un sollozo.
Pedro, con acento aun más dulce y persuasivo, prosiguió así
No llores, por Dios, Margarita: no llores, porque tus lágrimas me hacen daño. Voy a alejarme de ti; mas  yo volveré después de haber conseguido un poco de gloria para mi nombre oscuro. El cielo nos ayudará en la santa empresa. Conquistaremos Sevilla, y el rey nos feudos en la riberas del Guadalquivir a los conquistadores. Entonces volveré en tu busca y nos iremos juntos a habitar en a que el paraíso de los árabes, donde dicen  que hasta el cielo es más limpio y más azul que el de Castilla; volveré te lo juro; volveré a cumplir la palabra solemnemente empeñada el día que puse en tus manos ese anillo, símbolo de una promesa.

¡ Pedro! Exclamó entonces Margarita, dominando su emoción y con voz resuelta y firme- Ve a mantener tu honra- y al pronunciar estas palabras se arrojó por última vez en brazos de su amante. Después añadió, con acento más sordo y conmovido- Ve a mantener tu honra; pero vuelve… vuelve a traerme la mía.
Pedro besó la frente de Margarita, desató su caballo, que estaba sujeto a uno de los arboles del soto y se alejó al galope por el fondo de la alameda.

domingo, 8 de noviembre de 2015

BRIAN WEISS ( A través del tiempo) El comienzo –

Catherine consintió en probar la hipnosis, una forma de fijar su concentración para que recordara la infancia e intentar así descubrir los traumas reprimidos u olvidados que, según yo creía, debían de estar provocando sus actuales síntomas.
Catherine pudo entrar en un profundo trance hipnótico y comenzó a recordar hechos que no había podido rememorar conscientemente. Recordó  que la habían lanzado desde un trampolín y que se había asfixiado en el agua. También recordó que la atemorizaba la mascarilla de gas que el dentista le ponía en la cara; peor aun: recordó que su padre alcohólico la había sobado a los tres años, poniéndole la manaza contra la boca para mantenerla callada. Tuve la certeza de que  ya teníamos las respuestas. También estaba seguro de que ahora mejoraría.
Pero sus síntomas siguieron siendo graves. Eso me sorprendió mucho, porque esperaba una respuesta mejor. Mientras consideraba porqué habíamos llegado a ese punto muerto, llegué a la conclusión de que aun debía de haber más  traumas sepultados en su  subconsciente. Si el padre la había sobado a los tres años, tal vez lo había hecho tal vez a una edad más temprana. Lo intentaríamos de nuevo.
A la semana siguiente volví a hipnotizar a Catherine y la llevé a un plano más profundo. Pero esa vez, por equivocación, le di una indicación sin límites fijos, sin directrices: Vuelva al momento en que se originan sus síntomas sugerí.
Esperaba que Catherine volviera una vez más a su primera infancia.
En cambio retrocedió, rememoró hechos de esa vida, hasta que por fin. Se ahogó en una inundación o en un maremoto, mientras la fuerza del agua le arrancaba de sus brazos a su bebé.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Gustavo Adolfo Bécquer

¿Donde está el escudero favorito del Conde de Gómara?, y mi señor callará con vergüenza, y sus pajes y sus bufones dirán en son de mofas: El escudero del conde no es más que un galán de justas, un lidiador de cortesía.
Al llegar a este punto. Margarita  levantó sus ojos, llenos de lágrimas, para fijarlos en los de su amante, y removió los labios como para dirigirle la palabra; pero su voz se ahogó en un sollozo.
Pedro, con acento aun más dulce y persuasivo, prosiguió así:
No llores, por Dios, Margarita: no llores, porque tus lágrimas me hacen daño. Voy a alejarme de ti; mas  yo volveré después de haber conseguido un poco de gloria para mi nombre oscuro. El cielo nos ayudará en la santa empresa. Conquistaremos Sevilla, y el rey nos feudos en la riberas del Guadalquivir a los conquistadores. Entonces volveré en tu busca y nos iremos juntos a habitar en a que el paraíso de los árabes, donde dicen  que hasta el cielo es más limpio y más azul que el de Castilla; volveré te lo juro; volveré a cumplir la palabra solemnemente empeñada el día que puse en tus manos ese anillo, símbolo de una promesa.

¡Pedro! Exclamó entonces Margarita, dominando su emoción y con voz resuelta y firme- Vé a mantener tu honra- y al pronunciar estas palabras se arrojó por última vez en brazos de su amante. Después añadió, con acento más sordo y conmovido- Ve a mantener tu honra; pero vuelve… vuelve a traerme la mía.
Pedro besó la frente de Margarita, desató su caballo, que estaba sujeto a uno de los arboles del soto y se alejó al galope por el fondo de la alameda.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Don Quijote de la Mancha- Cápitulo XXXI.

Así que, amigo  Sancho no se me hace dificultoso creer que en tan breve tiempo hayas ido y venido desde este lugar al del Toboso, pues, como tengo  dicho algún sabio amigo te debió de llevar en volandillas, sin que tú lo sintieres.
Así seria dijo Sancho; porque a buena fe que andaba  Rocinante como si fuera asno de gitano con azogue en los oídos. Y  ¡ como si llevaba azogue! – dijo Don Quijote-Y aun una legión de demonios, que es gente que camina y hace caminar, sin cansarse, todo aquello que se les antoja. Pero, dejando esto aparte, ¿ que te parece a ti que debo yo hacer ahora cerca de lo que a mi señora , me manda que la vaya a ver? Que aunque yo creo que estoy obligado a cumplir su mandamiento, véome también imposibilitado del don que he prometido a la princesa que con nosotros viene, y fuérzame la ley de caballería a cumplir mi palabra antes que mi gusto. Por una parte, me acosa y  fatiga el deseo de ver a mi señora; por otra me incita y llama la prometida fe , y la gloria que he de alcanzar  en esta empresa.
Pero lo que pienso hacer será caminar apriesa y llegar presto donde está este gigante, y en llegando, le cortaré la cabeza, y pondré a la princesa pacíficamente en su estado, y al punto daré la vuelta a ver a la luz que mis sentidos alumbra; a la cual daré tales disculpas, que ella venga a tener por buena mi tardanza, pues verá que todo redunda en aumento de su gloria y fama, pues cuanta yo he alcanzado, alcanzo y alcanzaré por las armas en esta vida, toda me viene del favor que ella me da y de ser yo suyo.