sábado, 10 de septiembre de 2016

Vivamos con su recuerdo.

Vivamos con su recuerdo, Ana. Yo también lo comprendía. Pero creo que debemos recordarlo con exquisito tacto para que los que viven cerca no se sientan desplazados por estos recuerdos. Un beso de tu tío Paco..

El 24 de junio de 2016, 23:54, Ana Tomás <malditacasualidad@hotmail.com> escribió:
Mi padre tenía el don de exorcizar los males : aflicciones, tristezas, desánimos... y otros fantasmas. Esto, sin tener en cuenta fórmulas magistrales: « Reina, tú lo único que tienes que hacer es estar contenta». Tenía el don y la intención en justo equilibrio. Tenía la inteligencia que hace buenos a los hombres y la belleza que emana de la inteligencia. Era un ser iluminado. Lo que yo llamo un espíritu libre. El mito de la caverna, de Platón, me explica en qué lado estaba él: distante de los prisioneros que interpretan las sombras.
El vacío de su ausencia se hace más grande cada día a golpe de recuerdo, de mención... Y duele. Cómo duele. Hace falta mucho vitalismo para sentir que pese a este dolor, merece la pena la experiencia de estar viva.
Por suerte es un soplo la vida.
Enviado desde mi iPhon

lunes, 2 de mayo de 2016

Carmen martin Gaite UNA PRISION CON ESPEJOS

Querida Sofia. Sabia que me iba a pasar esto que me está pasando, pero no creí que tan pronto. No aguanto la soledad, no la aguanto, me dá miedo. La casa de Silvia se me cae encima y cuando salgo de ella, a pesar del buen tiempo que hace me doy paseos por erl pueblo y las afuera, no soy capaz de encontrar aventuras en nada ni  comunicarme con la primavera, con la naturaleza ni con las personas. Y eso que aquí la gente es muy  simpática y estás deseando pegar la hebra. Entras en un bar o en un chiringuito cualquiera, te pongan una tapa de sepia a la plancha o de pescado frito, y al poco rato notas que  podrías sentirte como en casa y  que además nadie te va a hacer una pregunta indiscreta, que te miran simplemente como lo que eres en ese momento,, una mujer de media edad que está  allí . en la barra igual que ellos, no importa de donde venga ni la vida que lleve a las espaldas la culpa es mia, y eso es lo que me dá rabia. Es como si te hubiera echado el cerrojo a la puerta por donde quieren entrar las palabras y los gestos de los demás a despertarme curiosidad, a darme un poco de calor.


(último correo del tío Amós)

miércoles, 27 de abril de 2016

Francisco Tomás Ortuño

Es un hecho comprobado- acusó el fiscal que usted engaña a sus pacientes: Les administra solo agua, limón, azúcar  o anís a precio de oro; juega con la salud de sus clientes y, por ello, pido que se le condene.
Cuando llegó su turno Juan Pérez se desnudó ante el juez: contó su vida y su obra. Era médico y podía ejercer la medicina como otro profesional, pero él había elegido la homeopatía. Salieron a declarar testigos tratados por él. Sus curaciones eran un hecho incuestionable. Cuantos lo defendieron lo consideraron un sabio y un santo, el mejor médico de todos los tiempos. Y en su momento el juicio tomó un sesgo inesperado uno de los clientes exigió a los denunciantes daños y perjuicios por haber roto la ilusión de los enfermos, por haber acabado con la esperanza cierta de curar a cuantos visitaban al doctor Clyton. Un murmullo de aprobación se levantó en la sala. El juez pidió silencio repetidamente y levantó la sesión hasta otro día. Cada vez se comenzaba más el juicio del homeópata, Ya no se trataba de condenar o de absorber a un hombre. La cuestión más compleja. Se discutía si medicina de una clase o medicina de otra, si medicina de farmacia natural. Se enjuiciaba la homeopatía en una palabra.
El juicio tuvo resonancias nacionales. No era un tema para aparcar a la ligera. Era decir. Decir “Si a la homeopatía” o no a la homeopatía”, El juez tenia que decidirlo.
Cuando se supo que el juicio había llegado a su fin, la sala quedó pequeña. Hubo gente que llegó del extranjero para conocer el fallo. La prensa estaba presente, la radio y la televisión. Cuando el juez llegado su momento, pronunció solemnemente la palabra “inocente” se escuchó la ovación más grande de todos los juicios habidos y por haber.
Eckhart Tolle (El poder del ahora ) La realidad dual del universo, que consta de objetivos y espacios-cosas y vacio-  se da también en ti. Una vida humana sana, equilibrada y fructífera es una danza entre las dos dimensiones que constituyen  la realidad la forma y el espacio. La mayoriade las personas se sienten tan identificadas con las dimensión de la forma, con la perfección de los sentidos, los pensamientos y emociones que en sus vidas falta la importantísima mitad oculta. Su identificación con las formas los mantiene atrapados en el ego.
Así como  el espacio permite que existan todas las cosas, y así como sin silencio  no podría haber sonido, tú no existirías sin la imprescindible dimensión sin forma que es la esencia de lo que eres. Podríamos llamarla “Dios si la palabra no la hubiera utilizado tan mal. Yo prefiero llamarla ser. El Ser es anterior a la existencia. La existencia es forma, contenido, lo  que ocurre. La existencia es el primer plano de la vida; el ser está, como si dijéramos en el fondo.
La enfermedad colectiva de la humanidad es que la gente está  tan inmersa en lo que ocurre, tan hipnotizada por el mundo de las formas fluctuantes, tan absorta en el contenido de su vida, que ha olvidado la esencia de lo que hay más allá del contenido, más allá de la forma, más allá del pensamiento. Está tan preocupada por el tiempo que ha olvidad la eternidad, que es su origen, su hogar, su destino. La Apareció rodeados de eternidad viva de lo que eres. 

sábado, 23 de abril de 2016

MADAME BOVARY (Gustave Flaauvbert)

El placer para él desconocido, de la independencia, le hizo muy pronto llevadera la soledad. Ahora podía cambiar  las horas de las  comidas, entrar y salir sin dar explicaciones y cuando se hallaba fatigado  tumbarse a la larga en su lecho. Así, pues aceptó los mimos y consuelos que le prodigaban-Por otra parte, la muerte de su mujer no le había venido muy mal para su  profesión, porque durante  un mes no se había oído otra cosa que- Pobre joven ¡que desgracia! Todo el mundo le compadecía. Su nombre se había extendido, su clientela había aumentado y además iba a Bertaux cuando se le ocurría.. Tenía una esperanza sin objeto, una vaga felicidad, y hasta encontraba su semblante más agradable al cepillarse sus patillas ante un espejo. Un día llegó a las tres a Bertaux, todo el mundo se hallaba en el campo. Entró en la cocina, pero no vio  al principio a Emma; las ventanas estaban cerradas; por las junturas de las maderas el sol trazaba en el suelo grandes  rayas delgadas que se quebraban en el ángulo de los muebles y  temblaban  en el techo. Algunas moscas en la mesa subían por los vasos que habían servido en la cena, y zumbaban ahogándose en la sidra que había sobrado. La luz del día, que bajaba por la chimenea, aterciopelando el hollín, azulaba las cenizas frías. Entre la ventana. Entre la ventana y el hogar se hallaba Emma cosiendo. No llevaba pañuelo sobre los hombros, y  veíanse sobre sus espaldas desnudas asomar algunas  gotas de sudor. Según la costumbre campesina, le propuso beber alguna cosa. Rehusó, ella insistió, y al fin  le ofreció, riendo, beber un vaso de licor con ella. Fue pues, a buscar al armario una botella de curacao, llenó un vaso hasta los bordes y el otro puso muy poco y después de haber brindado, lo  llevó a sus labios. Como el vaso estaba casi vacío, se inclinó para beber y con la cabeza echada hacia atrás, los labios adelantados, se reía de que nada caía en su boca mientras lamia el fondo de su vaso.
Como no había los suficientes mozos de cuadra  para desenganchar todos los carruajes, sus propietarios se doblaban las mangas y ellos mismos lo hacían. Según sus diferentes posiciones sociales, llevaban levitas, gabanes, vestidos buenos y rodeados de toda la consideración de una familia y que no salían del armario más que en las grandes solemnidades. Algunos hombres ( y estos seguramente se hallaban destinados a comer en una punta de la mesa)= llevaban las blusas de ceremonia; es decir, con el cuello doblado sobre la espalda. La pechera fruncida en pequeños pliegues y el talle bajo sujeto por un cinturón cosido. Las camisas se levantaban sobre los pechos semejando corazas. Todo el mundo estaba recién pelado. Las orejas se tapaban de las cabezas; nadie había dejado de afeitarse, algunos que se habían levantado antes del alba, como lo habían hecho sin luz , tenían cortaduras diagonales debajo de la nariz a lo largo de las quijadas : peladuras de epidermis, anchas como una moneda el viento durante el camino, lo cual pintaba de manchas rosáceas aquellas caras blancas y satisfechas.  Encontrándose la alcaldía a una media legua de la granja, dirigiose a pie la  comitiva y volvió del mismo modo terminada la ceremonia en la iglesia. El cortejo unido primeramente  como una escarapela de color que ondulara por el campo; serpenteando por entre los trigos, se alargó primero y se dividió después en grupos diferentes que se retardaban hablando. El músico ambulante marchaba a la cabeza con un violín empenachado de cintas; los recién casados venían detrás; los padres y los amigos sin orden, y los niños los últimos. Divirtiéndose en arrancar  las espigas de las avenas o ene jugar sin que los viesen.

Heinich B”oll

 – Oía a mi patrona, que molía café en  la cocina, oía la suaves y amables amonestaciones que le hacia a su hija pequeña … y seguías teniendo ganas de meterme otra vez en la cama y cubrirme la cabeza con el edredón, volví a recordar lo bonitas que antes eran las cosas en la residencia de aprendices había aprendido a torcer la boca de un modo tan lamentable, que el director, el padre Dericha, me hacia llevar a la cama té y un calentador, mientras los demás bajaban  a desayunar,  volví a sumergirme en el sueño y no me despertaba hacia las once, llegaba la mujer de la limpieza a hacerlos dormitorios. Se llamaba Wietzel y yo tenia miedo a la dura mirada de sus ojos azules, miedo a la honradez de sus manos fuertes , y mientras hacia las camas y dobla las sábanas evitando mi cama como la de un leproso me lanzaba por enésima vez aquella amenaza, que Aun hoy me suena en los oídos de un modo terrorífico- No serás nunca nada… no llegaras a nada.
 Y su compasión cuando murió mi madre y todos estaban amables conmigo, su compasión era para mi todavía peor. Pero cuando después de la muerte de mamá, volví a cambiar de oficio y de puesto de trabajo, y de nuevo anduve  rondando por la casa durante muchos días, hasta que el Cura  hubo encontrado un nuevo ,lugar par mi- yo pelaba patatas  o paseaba por los corredores con una escoba en la mano , entonces su compasión volvió a esfumarse, y cada vez que me veía,  me lanzaba su profecía.
No serás nunca nada… 

martes, 19 de abril de 2016

Heinich B'oll

– Oía a mi patrona, que molía café en  la cocina, oía la suaves y amables amonestaciones que le hacia a su hija pequeña … y seguías teniendo ganas de meter5mere otra vez en la cama y cubrirme la cabeza con el edredón¸ volví a recordar lo bonitas que antes eran las cosas en la residencia de aprendices había aprendido a torcer la boca de un modo tan lamentable, que el director, el padre Dericha,me hacia llevar a la cama té y un calentador, mientras los demás bajaban  a desayunar,  volví a sumergirme en el sueño y no me despertaba hacia las once, llegaba la mujer de la limpieza a hacerlos dormitorios. Se llamaba Wietzel y yo tenia miedo a la dura mirada de sus ojos azules, miedo a la honradez de sus manos fuertes , y mientras hacia las camas y dobla las sábanas evitando mi cama como la de un leproso me lanzaba por enéxima vez aquella amenaza, que Aun hoy me suena en los oídos de un modo terrorífico-No serás nunca nada… no llegaras a nada.
 Y su compasión cuando murió mi madre y todos estaban amables conmigo, su compasión era para mi todavía peor. Pero cuando después de la muerte de mamá, volví a cambiar de oficio y de puesto de trabajo, y de nuevo anduve  rondando por la casa durante muchos días, hasta que el Cura  hubo encontrado un nuevo ,lugar par mi- yo pelaba patatas  o paseaba por los corredores con una escoba en la mano , entonces su compasión volvió a esfumarse, y cada vez que me veía,  me lanzaba su profecía.
No serás nunca nada… 

jueves, 14 de abril de 2016

Bien le pareció el soneto a Camila...

Bien le pareció  el soneto a Camila, pero mejor a Anselmo; pues le alabó, y dijo que era demasiadamente cruel la dama que a tan claras verdades no correspondía. A lo que dijo Camila. Luego ¿todo aquello que los poetas enamorados dicen es verdad ?  En cuanto poetas, no la dicen respondió Lotario;  más en cuanto los enamorados siempre quedan tan cortos  como verdaderos. No hay dudas de eso replicó Anselmo, todo por apoyar y  acreditar  los pensamientos de Lotario con Camila tan descuidas del artificio de Anselmo como ya enamorada de Lotario. Y  así con  el gusto que de sus cosas tenia, y más teniendo por entendido que sus deseos y escritos a ella se encaminaban, y que ella era la verdadera glori, le rogó que si otro soneto o otros versos sabia, lo dijese. Si, sé respondió Lotario, pero no0 creo es tan bueno como el primero, o, por mejor decir, menos malo. Y podréislo bien juzgar, pues es este.
Yo sé que muero; y si no soy creído
es más cierto el morir, como es más cierto
verme a tus pies, ¡ Oh bella ingrata, muerto.
Tambien alabó este segundo soneto Anselmo como había hecho el primero, y de esta manera iba añadiendo eslabón a eslabón a la cadena con la que se enlazaba y trababa su deshonra , pero cuando más Lotario  le deshonraba entonces le decía que estaba más honrado; y con esto, todos los escalones que Camila bajaba hacia el centro de su menosprecio, los subía  en opinión de su marido, hacia la cumbre de la virtud y de su  buena fama.
CARMEN MARTINEZ GAITE- Tampoco lo sabía Sara Allen, una niña pecosa de diez años que      vivía con sus padres en el piso catorce de un bloque de viviendas bastante feo. Brooklyn adentro. Pero lo único que sabía que en cuanto sus padres sacaban la bolsa negra de la basura, se lavaban los dientes y apagaban la luz, todas las luces del mundo le empezaban a  ella a correr por dentro de la cabeza como una rueda de fuegos artificiales. Y a veces le daba miedo, porque le parecía que la fuerza aquella la levantaba en vilo de la cama y  que iba a salir volando por la ventana sin poderlo evitar.
Su padre el señor Samuel Allen, era fontanero, y su madre la señora Vivian Allen, se dedicaba por las mañanas a cuidar ancianos en un hospital de ladrillo rojo rodeado por una verja de hierro. Cuando volvía a casa, se lavaba cuidadosamente las manos, porque siempre le olían un poco a medicina, y se metía en la cocina a hacer tartas.
La que mejor le Salía era la de fresa, una verdadera especialidad. Ella decía que la reservaba para las fiestas solemnes, pero no era verdad, porque el placer que sentía al verla terminada era tan grande que había acabado por convertirse en un vicio rutinario y siempre encontraba en el calendario o en sus propios recuerdos alguna fecha que justificase aquella conmemoración. Tan orgullosa estaba la señora Allen de su tarta de fresa que nunca le quiso dar la receta a ninguna vecina. Cuando no tenia más remedio que hacerlo, porque le insistían mucho, cambiaba las cantidades de harina o de azúcar para que a ellas les saliera seca y requemada.
Cuando yo me muera le decía a Sara con un guiño malicioso, dejaré dicho en mi testamento dónde guardo la receta verdadera, para que tú la puedas hacer la tarta de fresa a tus hijos.

Sara había aprendido a leer ella sola cuando era muy pequeña, y le parecía lo más divertido  del mundo.
Ha salido lista de verdad decía la abuela Rebeca. Yo no conozco a ninguna niña que haya hablado tan clarito como ella, antes de romper a andar. Debe ser un caso único.
Si, es lista- contestaba la señora Allende-, pero hace unas preguntas muy  raras; vamos que no son normales en una niña de tres años.
¿Por ejemplo que?
Que qué es morirse, ya ve usted. Y que qué es la libertad. Y que es casarse. Una vecina mía dice que a lo mejor habría que llevarla a un psiquiatra.
La abuela se reía.
¡Déjate de psiquiatras ni de tonterías por el estilo!
A los niños lo que haya que hacer es contestarles a la pregunta, y si no lo quieres decir la verdad, porque  a lo mejor no sabes tú misma lo que es la verdad, pues les cuentas un cuento que parezca verdad. Mándamela aquí, que  yo en eso de lo que es casarse y lo que es la libertad la puedo espabilar mucho.
¡Válgame Dios cuando hablará usted en serio, madre ¡No sé a que edad va a sentar la cabeza.- Yo nunca, sentar la cabeza debe de ser aburrido. Por cierto haber si me mandas a Sara algún domingo, o la vamos a buscar nosotros, que Aurelio la quiere conocer.
Aurelio era un señor que por entonces vivía con la abuela. Pero Sara nunca lo llegó a ver, sabia que tenia  una tienda de libros, y juguetes antiguos, cerca de la Catedral de San Juan el Divino, y a veces le mandaba algún regalo por medio de la señora Allen. Por ejemplo un libro con la historia de Robinson Crusoe al alcance de los niños, otro con el país de las Maravillas y otro de Caperucita roja-
Isabel Allende­-  Actos indecente en un lugar público- determinó enfático el inspector. No había público.-Pedro quiso quitarme el vestido, pero no pudo desabrocharlo. Esos botoncitos son imposibles desabrocharlos, ¿sabe?
¿Vas a decirme que seguían volando como moscas?
Así mismo. Una vez que recorrimos todas las salas y nos metimos dentro de las pinturas y nos bebíamos los colores  y jugamos en el laberinto y bailamos con lindas esculturas, entonces aterrizamos.
¿Donde exactamente?- quiso averiguar Aitor Larramendi-
¡Qué se yo! El mastín de Bilbao suspiró la muchacha tenia menos cerebro que un pollo. Volvió al cuartel donde Pedro Berastegui, todavía esposado, bebía café y comentaba el escándalo del Papa con dos detectives de turno. Larramendi no era partidario de confraternizar con los detenidos, porque se perdía autoridad y se violaba el reglamento. Después de arrebatarle el vaso de cartón de las manos, condujo de un ala al joven rumbo al cuarto verde de los interrogatorios. .
Así que no le preguntaste el nombre a la chica- lo espetó, retomando sus preguntas donde las había dejado horas antes.
No hubo tiempo para mucha conversación, estábamos algo ocupados ¿sabe?
Haciendo el amor como perros- lo interrumpió el inspector.
Como ángeles diría yo.
Como un par de enajenados en pelotas.
Yo si, lo admito, pero ella tenia puesto el vestido y estaba cubierta por sus cabellos sueltos. ¿Vio que lindo pelo tiene ¿Pura seda, como de muñeca. Ahórrate las metáforas. Berastegui. ¿Como desconectaste las alarmas y los televisores? Yo no toqué ninguna cosa. En ese museo pasan cosas raras. Mi tío el cojo hermano de mi madre, tuvo que ir  a reparar el ascensor la noche del Viernes Santo y dice que con sus propios ojos vio a una estatua moverse.

martes, 12 de abril de 2016

Yama.

Y como Buda replicase que le seguiría el Má remoto y encumbrado país, con tal de recuperar su elefante. Dhritarashtra NO CEDIÓ Dijo con absoluta testarudez.Es inútil.
Nolo creas- Insistió a su vez el gautama.. No me alcanzaras- terció el dios asi mismo, a  través de la encarnación humana que había adoptasdo
Estas muy qequivocado iré tras de ti hasta el último días de todos los cielos.
IInventsaré cielos nuevos, inmensos universos , y por los que  te perde ras para SIEMPRE SI TRATAS  DE SEGUIRMEi.
<LO VEREMOS GAUTAMA tampoco daba su brazo a corcer.
QEs inutil pobre mortal. Deliras y tus absurdos delirios no te permiten ver el poderío temible que lbergo entrte mid msnos.
Pero tqmpoco el sabui varon cejaba. Aunque  llegaras a la cima del monte meru, DE SALVAS CUBIERRTAS de flores en las que se repite  el eco de las canciones der los espiritus celestiale, te  daRI
Aaumentaba el tonop
 de la DISCUSIÓN. Cada vez Dhiritarashtra imnaginaba mayores y máA extremase ignotas esdferasd inexistentes, mientras Buda LE REPLICABA QUE TAMBIEN LLEGARIA ALLI  paras recuperar el elefant cuya legitimidad le corrspondia.
Por fin el rey comenzó a remontarse imaginariamente de manera extraordinaria, hasta el punto de que acabó diciendo que llegaría a la mismísima MORADA DE LOS DIOSES, E INCLUSO  a la de dios supremo <Brahama . <y en este punto no era posible suponer un más allá,
Entonces <buda, de  súbito, como si le hubiese reconoció la realidad del personaje que había tras la apariencia humana de sus interlocutor.

domingo, 10 de abril de 2016

Eloy Sánchez Rosillo- (LA VIDA )

Me ha despertado el alba, este alboroto hermoso de la tormenta. Está el cielo de Roma lleno de fuegos súbitos, de estrépitos, de vientos, de grandes nubes negras que se empujan, que entrelazadas giran hasta romperse y dejan caer el agua a cántaros. Contemplo con mucho gozo desde la ventana del cuarto que ocupo en este hotel, en este Albergo del Portoghesi, el don que para mi supone siempre la lluvia. No podría el verano transcurre agosto –darme otro presente que más ilusión me hiciera. Nos fatiga todo lo que no cambia, y empezaba a cansarme de los días azules que sin pausa se han ido sucediendo. Agradecen los ojos y el corazón esta tormenta que hoy hace que todo sea, de pronto, diferente. Baja el agua del cielo. Desde aquí la veo resbalar sobre la vieja cúpula de esta iglesia-la iglesia recoleta de San Antonio-y correr por los tejados y azoteas DEL BARRIO. La mañana avanza, pero apenas puede la luz del día abrirse paso. Hay en el aire oscuro un presagio de otoño que me pone en  el pecho cierta vaga tristeza. Siento ya nostalgia de estas horas. Cuando los años pasan, ocurrirá de nuevo en mi memoria una antigua tormenta de verano. La lluvia de esta mañana liquida de Roma será entonces la lluvia que alguien irá escribiendo con emoción y con melancolía.

martes, 5 de abril de 2016

LA VIDA Eloy Sánchez Rosillo-

¿Donde surge el amor? ¿Cuando se extingue ? Un niño está sentado sobre esa alfombra; juega con sus juguetes; grita y hace palmas al contemplar la innumerable tropa de fieros monigotes que ha dispuesto ante si en  rigurosa formación de combate.
Y yo  asisto al milagro de su infancia; reímos con la risa más neta, y, abrazados, hijo y padre rodamos por el suelo mientras sucede lenta, lentamente, una mañana de la primavera. Pero en un solo instante se ha cerrado la noche; crecen las sombras, y es invierno, y llueve, y no hay nadie en mi casa. ¿Qué ha pasado? ¿Que fue del niño aquel que con su risa  me unía a una verdad tan verdadera? ¿Y qué ha sido de mí de los seguros convencimientos que me  sostenían? Un extraño me habita. En los espejos veo la mirada perpleja, interrogante, de un  rostro ajeno, de alguien que en nada se parece al que fui alguna vez. No sé  si estoy soñando, no sé si estoy despierto, si imagino o recuerdo.
Quizá siempre soñamos. Vivo en la incertidumbre. Me he perdido en el tiempo. Doy pasos en la niebla, y a tientas voy bajando la pendiente insegura. Todo acontece ahora deprisa.
Muy deprisa, imágenes, sucesos, entelequias, se apagan se iluminan, van y vienen ¡Qué es antes? ¿Qué es después? ¿Quien entrelaza, ordena y desordena las horas de mi vida? La realidad y el sueño y la memoria ¿donde empiezan y acaban?

miércoles, 9 de marzo de 2016

ESPEJOS DEL ALMA khalil Gibran EL PETIRROJO

¡Oh petirrojo canta! Pues el secreto de la eternidad está en la canción. Desearía ser como tú libre de prisiones y cadenas. Desearía ser como tú un alma  volando sobre los valles. Bebiendo la luz como se bebe el vino en copas etéreas. Desearía ser como tú: inocente satisfecho y feliz. Ignorando el futuro y olvidando el pasado. Desearía parecerme a ti en belleza, gracia y elegancia. Y que el viento desplegara mis alas para que el rocío las engalanara. Desearía ser como tú: un pensamiento flotando sobre la tierra, , vertiendo mis canciones entre el bosque y e l cielo. !Oh petirrojo, canta! Y disipa mi ansiedad. Escucho una voz dentro de tu voz que susurra en mi alma.



martes, 8 de marzo de 2016

ELOY SÁNCHEZ ROSILLO

Van pasando los meses muy despacio, Hace ya casi un año regresé contra mi voluntad, porque no tuve otro remedio desgraciadamente- a la casa paterna, y cada día es una eternidad: no avanza el tiempo cuando no hay esperanza y respiramos en el  dolor y el tedio. Tal vez nunca vuelva a salir de aquí. Ni mi menguada bolsa ni las miserias indecibles que padece mi  cuerpo- por no hablar de las constante oposición que muestran los míos a que parta- me consienten pensar de nuevo en irme. Quedó lejos el mundo; aquellos días de Florencia, de Pisa, en que creí ser para siempre un hombre libre al fin. Entre los muros de este viejo palacio ineludible me debato en la angustia, maldiciendo el aciago destino que se opone a todos mis afanes. Nada tengo, pues me es ajeno cuanto me rodea en este pueblo infame en el que nadie quiso nunca- ni pudo comprenderme. Tan solo la solícita presencia de mi querida hermana que es acaso igual a mi en desdichas- me procura desagravio y refugio, algún consuelo en esta soledad. Más no es bastante. Soy un muerto que alienta. Si la vida dura en verdad bien poco. Es un fulgor muy intenso que cesa de repente cuando acaban los años juveniles. Después en apariencia, el existir prosigue. Peo no, no es ya la vida lo que está sucediéndonos, y somos en esta nada póstumos testigos de un simulacro triste. Nos quedamos entonces sin presente y sin futuro; todo lo que acontece nos remite al pasado, a la antigua llamarada. Mi juventud se fue. Canta el verano inútilmente en torno a mi dolor. Un día más de Agosto que termina. Ha caído la noche. Desde el cielo mira la compasiva luna llena. Sobre el hondo silencio de los campos tiembla la luz de las constelaciones. A mi memoria acuden las imágenes del ayer. El recuerdo me depara la extraña flor de la melancolía.

lunes, 7 de marzo de 2016

Arturo Perez Reverte (Los enmascarados)

 El enmascarado corpulento era hombre d e pocas palabras. Todavía aguardó rato en silencio, escuchando con atención cómo el de la cabeza redonda explicaba a Diego Alatriste  y al italiano los últimos detalles del asunto. Un par de  veces movió afirmativamente la cabeza, mostrando aprobación a lo que oía. Luego dio media vuelta hasta la puerta.
Quiero poca sangre – le oyeron insistir por últimas vez desde el umbral.
Por los indicios anteriores, el tratamiento, y sobre todo por el gesto de profundo respeto que le dedicó el otro enmascarado, el capitán dedujo que quien acababa de irse eras persona de muy alta condición. Aunque pensaba en ello cuando el de la cabeza redonda apoyó una mano en la mesa y miró a los dos espadachines a través de los agujeros de su careta con atención extrema. Había un brillo nuevo e inquietante en su mirada, como si todavía no estuviese dicho todo. Se instaló entonces un incómodo silencio en la habitación llena de sombras y Alatriste y el italiano se observaron un momento de soslayo, preguntándose sin palabras qué quedaba todavía por saber. Frente a ellos, inmóvil, el enmascarado parecía a guardar algo, o a alguien.
La respuesta llegó al cabo de un momento, cuando un tapiz disimulado en la penumbra del cuarto, entre los estantes de libros, se movió para descubrir una puerta escondida en la pared, y en ella vino a destacarse una silueta oscura y siniestra, que alguien menos templado que Diego Alatriste había tomado por una aparición. El recién llegado dio unos pasos, y la luz del farol sobre las mesa le iluminó el rostro marcando oquedades en sus mejillas afeitadas y hundidas, sobre las que un par de ojos coronados por espesas cejas brillaban febriles. Vestía el hábito religioso negro y blanco de los dominicos, y no iba enmascarado, sino a rostro descubierto: un rostro flaco, ascético, al que los ojos relucientes daban expresión de fanática firmeza. Debía de andar por los cincuenta y tantos años. El cabello gris lo llevaba corto, en forma de casquete alrededor de las sienes con una gran tonsura en la parte superior. Las manos que sacó de las mangas del hábito al entrar en la habitación, eran secas y descarnadas, igual que las de un cadáver.Tenia aspecto de ser heladas como la muerte.

viernes, 4 de marzo de 2016

Leyendas de la India ( Francisco Caudet Yarza)

Dice la historia que el muy iluminado nació en el año 543 a. de Cristo . Su progenitor se llamaba Subdodhama y era reyezuelo de uno de los pequeños ducados del nordeste de la India Kapilavastu, la capital del reino estaba situada en lo que actualmente el Nepal. Su madre se llamaba Maya que significa ilusión- y pertenecía a la nobleza de un ducado fronterizo, y se dice que todas las bellezas y virtudes del cuerpo y  del alma se daban cita  en ella.
En la víspera de la gran fiesta del solsticio de verano, advirtiendo Maya una secreta premonición, pidió permiso al monarca para recluirse en el departamento más alejado del gran palacio, sin cortejo ni servidumbre-
Quiero que durante todos los días que dure mi retiro penséis continuamente en que sois el padre de todos los seres y  que a todos améis con igual intensidad. Ordenar a todos, nobles y esclavos, que practiquen ayunos y abstinencias de modo que solo pensamientos de caridad y paz florezcan en sus mentes.
En la anoche del séptimo día, cuando la luna moteaba el paisaje encantado, Maya, después de hacer sus oraciones y abluciones, se recostó sobre el pequeño lecho puro y monástico. Y tuvo un sueño: el sueño de la anunciación. Los cuatro dioses guardianes del cielo vinieron hacia ella y las llevaron por los aires a la cima de la Montaña de las Nieves Eternas; allí la posaron, dulcemente, al pié del árbol de las mil ramas y las cuatro esposas de los guardianes celestes vinieron en seguida para purificarla mediante rigurosas abluciones de las aguas de un lago transparente. Frotaron su piel, después del baño, con ungüentos olorosos, prendieron flores en sus cabellos y la vistieron con ropas de indescriptibles riquezas.

jueves, 3 de marzo de 2016

Eloy Sánchez Rosillo- (LA VIDA)

Me ha despertado el alba, este alboroto hermoso de la tormenta. Está el cielo de Roma lleno de fuegos súbitos, de estrépitos, de vientos, de grandes nubes negras que se empujan, que entrelazadas giran hasta romperse y dejan caer el agua a cántaros. Contemplo con mucho gozo desde la ventana del cuarto que ocupo en este hotel, en este Albergo del Portoghesi, el don que para mi supone siempre la lluvia. No podría el verano transcurre agosto –darme otro presente que más ilusión me hiciera. Nos fatiga todo lo que no cambia, y empezaba a cansarme de los días azules que sin pausa se han ido sucediendo. Agradecen los ojos y el corazón esta tormenta que hoy hace que todo sea, de pronto, diferente. Baja el agua del cielo. Desde aquí la veo resbalar sobre la vieja cúpula de esta iglesia-la iglesia recoleta de San Antonio-y correr por los tejados y azoteas DEL BARRIO. La mañana avanza, pero apenas puede la luz del día abrirse paso. Hay en el aire oscuro un presagio de otoño que me pone en  el pecho cierta vaga tristeza. Siento ya nostalgia de estas horas. Cuando los años pasan, ocurrirá de nuevo en mi memoria una antigua tormenta de verano. La lluvia de esta mañana liquida de Roma será entonces la lluvia que alguien irá escribiendo con emoción y con melancolía. 

martes, 1 de marzo de 2016

Francisco Tomás Ortuño El rio

Cuando fue nombrado alcalde,  don Eduardo se frotó las manos: al fin vería cumplido el sueño de su  vida” Van a saber lo que es bueno”, musitó; “ van a saber de lo que soy capaz”, dijo bajo sin poder impedir que alguien le oyera, y que se comentara después el críptico pensamiento.
La verdad es que nadie sabía a ciencia cierta cuales eran las intenciones del nuevo alcalde de Cebolleda. Nadie imaginaba que Eduardo Ajo pensaba en el poder que le proporcionaría el rio que nacía en su termino municipal, un rio que regaba las tierras de su pueblo las de Castrogón de abajo y las de otros pueblos hasta llegar al mar.
Eduardo no quería a sus vecinos. Su antipatía se había manifestado en múltiples ocasiones. En competiciones deportivas, cada encuentro era una guerra, en la que insultos y hasta golpes menudeaban. Cada triunfo era para el contrario el peor castigo que podía sufrir. Cebolleda y Castregón de Abajo. Como pocos pueblos limítrofes se guardaban ojeriza desde no se sabia cuantos años o siglos.
Por eso. Eduardo Ajo, cuando tomó la vara que le confería poder musitó la frase enigmática de que “ van a saber de lo que soy capaz”  Su pensamiento estaba puesto en el rio y en sus vecinos de Castrogón. Cuantas veces mirando sus aguas se había dicho. ¿ Por qué dejar que nuestro rio pase a otras tierras? Si yo pudieras impedirlo…Y con esa idea llegaba al mismo nacimiento por el norte y sentía con la mansedad de sus aguas el ímpetu de sus pensamiento de sus sentimientos egoístas.
Fue pronto en una sesión memorable, que expuso su plan tan largamente acariciado.
Las aguas del rio no deben cruzar” la  frontera” ; son nuestras, y toda la riqueza que generen debe quedar aquí. Castrogon de Abajo se queda sin agua como yo me llamo Eduardo. 

lunes, 29 de febrero de 2016

La hija de Rappaccini

Una vez en su habitación fue a sentarse cerca de la ventana , pero en la sombra que arrojaba la pared, de modo que podía mirar al jardín con poco riesgo de ser descubierto  Todo lo que tenia ante los ojos estaba en soledad. Las extrañas plantas se calentaban al sol y, de cuando en cuando, se inclinaban ligeramente saludándose entre si con  un gesto de simpatía o familiaridad. En medio de ellas, en la fuente despedazada, crecía el magnifico arbusto cubierto de piedras preciosas de color púrpura. Las flores relucían en el aire y se reflejaban en el fondo del estanque que parecía desbordarse con el color u la luz de que se hallaba impregnado. Al comienzo, como hemos dicho el jardín estaba en soledad. Pronto, sin embargo-tal como Giovanni lo deseaba y lo temía, a un tiempo- apareció bajo el antiguo portal esculpido una persona , que se acercó entre las hileras de plantas, aspirando sus perfumes, como uno de esos personajes de la vieja leyenda clásica que se alimentan de olores suaves. Al ver a Beatrice, el joven se sorprendió de que su belleza fuera tan superior a la memoria que guardaba de ella; era tan brillante tan vivida, que resplandecía a la luz del sol y Giovanni murmuró para si que iluminaba los recodos más oscuros del sendero.

domingo, 28 de febrero de 2016

Natjcaniel Hawthorne- (Cuentos)

Hace mucho tiempo, un joven llamado Giovanni Guasconti vino a la parte más meridional de India a seguir estudios en la universidad de Padua. Giovani que solo llevaba en la bolsa una provisión de ducados de oro, alquiló una habitación alta y oscura en un viejo edificio, que no parecía indigno de haber sido el palacio de algún noble paduano y que, en efecto, lucia sobre la entrada el escudo de armas de una familia extinguida desde hace siglos. El joven forastero, que  conocía  el gran poema nacional de su país, recordó que uno de los antepasados de las familia, tal vez un residente en esta misma mansión, había sido retratado por Dante entre quienes comparten las inmortales agonías de su infierno. Estos recuerdos y asociaciones, junto con la tendencia a la melancolía, natural en un joven que se encuentra por primera vez lejos del suelo natal, hicieron que Giovanni suspirase hondamente al mirar en torno suyo al aposento triste y mal amueblado.<Virgen Santísima, señor > exclamó la vieja señora Lisaberta, quien ganaba por la singular belleza del muchacho, se afanaba bondadosamente en dar al cuarto un  aire habitable. ¿Como salen esos suspiros del corazón de un joven? ¿Le parece oscura la casa? Por amor al cielo, asómese a la ventana y verá usted una luz tan hermosa como la que ha dejado en Nápoles. Guasconti hizo mecánicamente lo que le aconsejaba  la señora, aun que no pudo estar de acuerdo con ella en que el sol paduano fuese tan alegre como el del sur de Italia. Bastaba sin embargo, para iluminar un jardín que había al pié de la ventana, y su influencia beneficiosa sustentaba muchas plantas, que parecían cultivadas con el mayor cuidado. <¿este jardín es de la casa?> `preguntó Giovanni. No lo quiera Dios,  señor, a menos que crezcan en él otras hierbas mejores que las que ahora se ven, respondió la vieja Lisabetta No El jardín lo cultiva con sus propias manos el señor Giacomo Rappacini, el famoso doctor, de quien supongo habrán oído hablar hasta en Nápoles. Dicen que destilan las plantas y prepara con ellas medicinas más fuertes que un ensalmo. A menudo verá usted trabajando al señor doctor, y quizá también a la señora, su hija, recogiendo esas flores tan raras que crecen en el jardín,> La señora había hecho ya todo lo posible  por dar mejor aspecto a la habitación y se despidió, tras encomendar al joven a la protección de los santos. Giovanni no encontró mejor  ocupación que quedarse mirando el jardín que había bajo la ventana- Su aspecto lo inclinaba a creerlo uno de esos jardines  botánicos que se cultivaron en Padua antes que en otros lugares de Italia o del mundo. En el centro se veía la ruina de una fuente de mármol, esculpida con arte  refinado pero tan destrozada que resultaba imposible adivinar el diseño original en el caso de fragmentos, si bien el agua seguía brotando y reluciendo al sol con la vivacidad de siempre.

sábado, 27 de febrero de 2016

SARA.

Sara había aprendido a leer ella sola cuando era muy pequeña, y le parecía lo más divertido  del mundo.
Ha salido lista de verdad decía la abuela Rebeca. Yo no conozco a ninguna niña que haya hablado tan clarito como ella, antes de romper a andar. Debe ser un caso único.
Si, es lista- contestaba la señora Allende-, pero hace unas preguntas muy  raras; vamos que no son normales en una niña de tres años.
¿ Por ejemplo que? 
Que que es morirse, ya ve usted. Y que qué es la libertad. Y que es casarse. Una vecina mia dicie que a lo mejor habría que llevarla a un psiquiatra.
La abuela se reia.
¡ Déjate de psiquiatras ni de tonterías por el estilo!
A los niños lo que haya que hacer es contestarles a la pregunta, y si no lo quieres decir la verdad, porque  a lo mejor no sabes tú misma lo que es la verdad, pues les cuentas un cuento que parezca verdad. Mándamela aquí , que  yo en eso de lo que es casarse y lo que es la libertad la puedo espabilar mucho.
¡  Válgame Dios cuando hablará usted en serio, madre ¡ No sé a que edad va a sentar la cabeza.- Yo nunca, sentar la cabeza debe de ser aburrido. Por cierto haber si me mandas a Sara algún domingo, o la vamos a buscar nosotros, que Aurelio la quiere conocer.
Aurelio era un señor que por entonces vivía con la abuela. Pero Sara nunca lo llegó a ver, sabia que tenia  una tienda de libros, y juguetes antiguos, cerca de la Catedral de San Juan el Divino, y a veces le mandaba algún regalo por medio de la señora Allen. Por ejemplo un libro con la historia de Robinson Crusoe al alcance de los niños, otro con el país de las Maravillas y otro de Caperucita roja-.

Don Miguel de Cervantes- Don Quijote de la Mancha- Capítulo XXXIV-

No corre por ti esa razón- respondió Leonela-, porque el amor, según he oído decir, unas veces vuela, y otras anda; con este corre y con aquel va despacio, a unos entibia y a otros abrasa;  a unos hiere a otros mata;  en un mesmo punto comienza la carrera de sus deseos, y en aquel mesmo punto la acaba y concluye, por la mañana suele poner el cerco a una fortaleza, y a la noche la tiene rendida, porque no hay  fuerza que la resista. Y siendo asi. ¿ De que te espantas, o de qué temes, si lo mismo debe de haber acontecido a Lotario, habiendo tomado el amor por instrumento de rendirnos la ausencia de mi señor? Y era forzoso que en ella se concluyese lo que el amor tenía determinado, sin dar tiempo al tiempo para que Anselmo le tuviese de volver, y con su presencia quedase imperfecta la obra; porque el amor no  tiene mejor ministro  para ejecutar  lo que desea que es la ocasión; de la ocasión se sirve en todos sus hechos, principalmente en los principios. Todo esto sé yo muy bien, más de experiencia que de oídas, y algún día te lo diré, señora; que yo también soy de carne, y de sangre moza. Cuanto más señora Camila, que no te entregaste ni diste tan luego, que primero no hubieses visto en los ojos, en los suspiros, en las razones y en las promesas y dádivas de Lotario toda su alma viendo en ella y en sus virtudes cuan digno era Lotario de ser amado.

HEINRICH BOLL (El pan de los años mozos)

 Después cuando pasó el recibo con las horas de trabajo y los kilómetros recorridos, no suelen examinarlo muy a fondo, subo tranquilo a mi coche y ,e dirijo al siguiente domicilio alarmado.
Doce horas de trabajo, domingos incluidos, y, de vez en cuando una cita con Wolf Ulloa en el café Joos; los domingos, misa vespertina, a la que casi siempre llegaba tarde, y luego observaba con temor los movimientos del sacerdote, para saber si había empezado el ofertorio, un suspiro de alivio, si aún no lo había empezado, y luego me dejaba caer cansado en cualquier banco, a veces dormitando y  sin despabilarme totalmente hasta que los acólitos tocaban la campanilla para la Consagración. Había momentos en que me odiaba a mi mismo, mi trabajo, mis manos.
Estaba cansado, ese lunes por la mañana. Aún tenía seis llamadas del domingo pendientes. Oí  que mi patrona atendía al teléfono en el rellano y decía.
Si, le pasaré el encargo.
Me senté en las cama, fumé y pensé en mi padre.
Lo veía por la noche, recorriendo la ciudad para llevar la cartas al ferrocarril que pasaba por Knochra a las diez. Lo veía pasar por la plaza de la iglesia, frente a la casa de los Muller, por la estrecha avenida de árboles raquíticos; después para acortar el camino, abría el gran portal del gimnasio cruzaba el oscuro acceso al patio de la escuela, miraba hacia lo alto, hacia la fachada trasera, pintada de amarillo, para ver su clase de penúltimo curso, seguía junto al árbol del centro del patio, que apestaba a la orina del perro del portero; luego veía a mi padre abrir el pequeño portal, que cada mañana permanecía abierto desde las ocho  menos cinco hasta las ocho para que entraran los alumnos que llegaban en tren y que, procedentes de la estación, situada enfrente, irrumpían en tromba mientras el portero permanecía junto al portal.

jueves, 25 de febrero de 2016

SARA

Sara había aprendido a leer ella sola cuando era muy pequeña, y le parecía lo más divertido  del mundo.
Ha salido lista de verdad decía la abuela Rebeca. Yo no conozco a ninguna niña que haya hablado tan clarito como ella, antes de romper a andar. Debe ser un caso único.
Si, es lista- contestaba la señora Allende-, pero hace unas preguntas muy  raras; vamos que no son normales en una niña de tres años.
¿ Por ejemplo que? 
Que que es morirse, ya ve usted. Y que qué es la libertad. Y que es casarse. Una vecina mía dice que a lo mejor habría que llevarla a un psiquiatra.
La abuela se reía.
¡ Déjate de psiquiatras ni de tonterías por el estilo!
A los niños lo que haya que hacer es contestarles a la pregunta, y si no lo quieres decir la verdad, porque  a lo mejor no sabes tú misma lo que es la verdad, pues les cuentas un cuento que parezca verdad. Mándamela aquí , que  yo en eso de lo que es casarse y lo que es la libertad la puedo espabilar mucho.
¡  Válgame Dios cuando hablará usted en serio, madre ¡ No sé a que edad va a sentar la cabeza.- Yo nunca, sentar la cabeza debe de ser aburrido. Por cierto haber si me mandas a Sara algún domingo, o la vamos a buscar nosotros, que Aurelio la quiere conocer.
Aurelio era un señor que por entonces vivía con la abuela. Pero Sara nunca lo llegó a ver, sabia que tenia  una tienda de libros, y juguetes antiguos, cerca de la Catedral de San Juan el Divino, y a veces le mandaba algún regalo por medio de la señora Allen. Por ejemplo un libro con la historia de Robinson Crusoe al alcance de los niños, otro con el país de las Maravillas y otro de Caperucita roja-

martes, 23 de febrero de 2016

El Ser es anterior a la existencia.

El Ser es anterior a la existencia. La existencia es forma, contenido, lo  que ocurre . La existencia es el primer plano de la vida; el ser está, como si dijéramos en el fondo.
La enfermedad colectiva de la humanidad es que la gente está  tan inmersa en lo que ocurre, tan hipnotizada por el mundo de las formas fluctuantes, tan absorta en el contenido de su vida, que ha olvidado la esencia de lo que hay más allá del contenido, más allá de la forma, más allá del pensamiento. Está tan preocupada por el tiempo que ha olvidad la eternidad, que es su origen, su hogar su destino. La eternidad viva de lo que eres.

domingo, 21 de febrero de 2016

Florentino Ariza

Florentino Ariza, en cambio, no había dejado de pensar en ella un solo instante después de que Fermina Daza lo rechazó sin apelación después de unos amores largos y contrariados, habían transcurrido desde entonces cincuenta y un años, nueve meses y cuatro días. No había tenido que llevar la cuenta del olvido haciendo una raya en los muros de un calabozo, porque no había pasado un día  sin que ocurriera algo que lo hiciera acordarse de ella. En la época de la ruptura él vivía solo con su madre. Transito Ariza, en una media casa alquilada de la calle de las ventanas, donde ella tuvo desde muiy joven un negopcio de mercería y donde además deshilachaba camisas y trapos viejos que vendia como algodón para los heridos de guerra. Fue su hijo único, habido de una alianza ocasional con  el conocido naviero don Pío Quinto Loayza, uno de los tres hermanos que fundaron la Compañía Fluvial del Caribe,; Don Pío murió cuando el hijo tenia diez años. Aunque siemore se había ocupado en secreto de sus gastos, nunca lo reconoció.

sábado, 20 de febrero de 2016

Isabel allende-

Ella puso la cabeza en mi pecho y siguió llorando como una cría. No supe que hacer, Después de un rato me la llevé al baño y le lavé la cara. Le pregunté por qué lloraba tanto y me dijo su novio era un cretino sin remedio. Entonces le ofrecí casarme con ella allí mismo.
Estaban ebrios claro. Ella estaba un "poquin" mareada, pero yo no bebo. Soy abstemio, que le dicen. Me había fumado un pito, pero de alcohol nada. Al bar fui solo a cobrarle a Íñigo una apuesta que habíamos hecho por lo del Sumo Pontifice.
¡¿ Que te contestó ella? Dijo que bueno, que se casaría conmigo para aprovechar el vestido. Despues me besó de lleno en la boca. ¡ Y tú ¡ La besé también ¿ No habría hecho usted lo mi9smo ¿ No podíamos despegarnos , nos besábamos apurados, desesperados. Fue amor a primera vista, como en el cine. ¿ entonces? Entonces interrumpió el pesado de Íñigo y nos echó a la calle, dijo que nos fuéramos a un motel, qué éramos unos desvergonzados. Todo para no pagarme la apuesta.
Sigue- Nos fuimos. Echamos a andar  sin rumbo, andábamos buscando una tasca para reponer un poco el cuerpo, nos habría venido bien un bocadillo, pero no encontramos ninguna. Se largó a llover suavecito y no teníamos paraguas, la cubrí con mi chaqueta, pero no había modo de evitar que se le arruinara el vestido. Quise llevarla a mi piso, pero me acordé que mi madre estaría con mis tíos viendo la tele, por el escándalo del Papa ¿ sabe? Si, hombre ya lo sé. Entonces el museo se me apareció por delante, como un truco de ilusionismo. ¡ Una maravilla!.

viernes, 19 de febrero de 2016

GABRIEL GARCIA MARQUEZ


Fwd: FRAGMENTOS LITERARIO

Lo despertó la  tristeza: No la que había sentido en la mañana  ante el cadáver del amigo, sino la niebla invisible que le saturaba el alma después de la siesta. Y que él interpretaba como una notificación  divina de que estaba viviendo sus últimos atardeceres. Hasta los cincuenta años no había sido consciente del tamaño y el peso y el estado de sus vísceras. Poco as poco, mientras yacía con los ojos cerrados después de la siesta diaria había ido sintiéndolas dentro, una a una, sintiendo hasta la forma de su  corazón insomne, su hígado misterioso, su páncreas hermético, y había ido descubriendo que hasta las personas más viejas eran menores que él, y que había terminado por ser el único sobreviviente de los legendarios retratos de grupo de su generación. Cuando se dio cuenta de sus primeros olvidos apeló a un recurso que  le había oído a uno de sus maestros en la Escuela de Medicina. El que no  tiene memoria se hace una de papel. Sin embargo.  fue una ilusión efímera, pues había llegado al extremo de olvidar lo que querían decir las notas recordatorias que se metía  en los  bolsillos, recorría la casa buscando los lentes que tenia puestos, volvía a darle vueltas a la llave después de haber cerrado las puertas, y perdía el hilo de la lectura porque olvidaba las premisas de los argumentos o la filiación de los personajes. Pero lo que más le inquietaba era la desconfianza que tenias en su propia razón: poco a poco en un naufragio ineluctable, sentía que iba perdiendo el sentido de la justicia. Por pura experiencia , aunque sin fundamento científico, Urbino sabia  que la mayoría de las enfermedades mortales tenían un olor propio, pero ninguno era tan especifico como el de la vejez.

lunes, 15 de febrero de 2016

MAXIMO GORKI- (El hombre)

El verdadero nombre de Gorki es Alexei Maximovich Pechkov, y como antes se dijo, nació el l4 de Marzo l868. De origen sumamente humilde, queda huérfano de padre a los cinco años de edad y es recogido por su abuelo, tras no pocas dificultades y apuros familiares. Su infancia transcurre en el seno de una familia en la que se producen continuas escenas de violencia. La primera travesura la pagó nuestro autor  con un severo castigo que él mismo evoca con estas palabras; Mi abuelo me azotó hasta que perdí el conocimiento, y durante varios días estuve enfermo y acostado sobre el vientre,
A la muerte de su madre, el abuelo le dedicó el oficio de zapatero en su localidad natal, en el que permaneció   poco tiempo, pues su naturaleza inquieta y su carácter audaz le obligaban a variar muchas veces de profesión en pequeños intervalos de tiempo. Esta es la razón de que llegara a recibir una amplia gama de virtudes y de conocimientos recogidos de gentes de baja condición social, que más tarde constituirían un material inapreciable en la configuración y la descripción de los tipos que aparecen en sus novelas. Pese al ambiente duro y embrutecido en el que transcurrió  su infancia y su adolescencia, el espíritu atento de Gorki a cuanto sucedía a su alrededor le permitió conservar en el arcón de sus recuerdos unos paisajes y una gente de donde más tarde saldrían sus primeros personajes literarios.

domingo, 14 de febrero de 2016

Abogin (2)

Se le saltaron las lágrimas. Giró sobre un talón y empezó a deambular por la sala. Ahora con su levita corta, sus elegantes pantalones estrechos que hacían que las piernas pareciesen demasiado delgadas para el cuerpo, con su cabeza grande y su melena se asemejaba extraordinariamente a un león. La curiosidad animó el semblante del médico. Se levantó y encaró con Abogin. Bien ¿ Donde está la enferma?-preguntó ¡ la enferma ¡!La enferma ¡ exclamó Abogin llorando, riendo, y  sacudiendo sin cesar los puños- ¡ No está enferma, sino maldita ¡ ¡ Qué vileza ¡  ¡ Ni Satanás hubiera inventado una treta más ruin ¡ ¡ Me mandó a buscar a usted para  fugarse. Para fugarse  con un bufón, con un a  payaso estúpido con un Alphonse ¡ Dios mío¡ ¡ Mejor seria que hubiera muerto! ¡ No lo podré sobrellavar! ¡ No podré ¡ El médico irguió el cuerpo. Comenzó a pestañear, los ojos se le colmaron de lágrimas y la barba entera  comenzó a oscilar a compas de la mandíbula-¿ Que significa esto?  -preguntó mirando con curiosidad a su alrededor.- Mi hijo ha muerto, mi mujer presa de congoja, está sola en la cama…yo apenas puedo tenerme de pié, no he dormido en tres noches… ¿ Y ahora qué ¿ Se me obliga a participar en una comedia chabacanas y hacer un papel de guardarropía.! No, no lo comprendo! Abogin abrió un puño, arrojó al suelo un papel arrugado y lo pisoteó como a un insecto al que se quiere aplastar. Y yo que no
Vi nada--- que no comprendí dijo entre sus dientes apretados mientras que con el puño trazaba un circulo en torno a su cara, con el gesto de alguien a quien le han pisado un callo. Con el asombro estólido de quien acaba de comprender que ha sido objeto de un duro agravio, el médico se encogió de hombros, abrió los brazos y, sin saber que decir o hacer, se dejó caer exhausto en un sillón.

sábado, 13 de febrero de 2016

Abogin.

Si pasa algo no lo podré sobrevivir  dijo entrando con el médico en el vestíbulo y frotándose agitado las manos- Pero no se oye ningún ajetreo, lo que  significa que de momento  que todo vas bien- añadió aguzando el oído en el silencio reinante. En el vestíbulo no se oían voces ni pasos. A pesar de la brillante iluminación, toda la casa parecía dormida. Ahora el médico y Abogin, hasta entonces en la oscuridad podían observarse mutuamente. El médico era alto, encorvado, vestido con desaliño y feo de rostro. Había algo desagradablemente huraño, displicente, severo, en sus labios gruesos como los de un negro, en la nariz aguileña y en la mirada vaga e indiferente, Su cabello enmarañado sus sienes hundidas, las canas prematuras de su barba larga y escueta, tras la cual relucía la barbilla, el color grisáceo de la piel y los ademanes desmañados y torpes… todo ello apuntaba con su aspereza a privaciones sufridas, mala suerte y hastío de la  vida y de los hombres. Mirando su seca figura no se diría que este hombre tenia esposa y podía llorar a un hijo. Abogin delataba algo muy diferente. Era robusto , fuerte, y rubio de cabeza grande y facciones acentuadas aunque suaves, vestido esmeradamente a la última moda. En su porte, en su levita entallada, en su cabellera y en su rostro se echaba de ver algo noble, leonino. Andaba con la cabeza alta y el pecho abombado, hablaba con voz agradable de barítono, y en los gestos con que se quitaba la bufanda o se arreglaba el pelo se adivinaba una elegancia sutil y casi femenina. Incluso la palidez y el terror infantil con que clavaba la vista en lo alto de la escalera mientras se despojaba del abrigo no alteraban su porte ni menguaban el contento, la salud y el aplomo que se desprendían de su figura. No hay nadie ni se oye nada- dijo subiendo la escalera-, no se nota ninguna conmoción. ! Dios nos tenga en sus manos! Cruzando el vestíbulo condujo al médico a un vasto salón, en el que había un piano negro y colgaba una araña de cristal cubierta por una funda blanca.
Abogin avanzó lenta y pesadamente hasta el centro de la sala, se inclinó, lanzó sollozos. ¡ Me ha engañado!  ¡ Se ha fugado! Se puso enferma y me mandó a buscar al médico-Solo para escaparse con ese bufón ¡ Dios mío ¡ ¡ Se ha fugado! ¡ Me ha engañado!¿ Que le he hecho yo?


jueves, 11 de febrero de 2016

PAULO COELHO – Conoceré a otras mujeres.

Al caminar por la calle, a cada momento me voy a cruzar con una persona que puede ser ella. Sufrir día y noche, noche y día. Esto puede durar semanas, meses, tal vez más de un año. HASTA QUE CIERTA MAÑANA ME DESPIERTO, me doy cuenta de que estoy pensando en algo diferente y comprendo que lo peor ya ha pasado. El corazón está herido, pero se recupera, y consigue ver la belleza de la vida otra vez. Ya ha pasado antes, volverá a pasar, estoy seguro. Cuando alguien parte es porque otro alguien va a llegar, encontraré otra vez el amor. Por un momento saboreo la idea de mi nueva condición: soltero y millonario. Puedo salir con quien quiera, a plena luz del día. Puedo comportarme en las fiestas como no me he  comportado durante todos estos años. La información correrá deprisa, y pronto muchas mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, ricas y no tan ricas como pretenden ser, inteligentes, o simplemente educadas para decir lo que creen que a mi me gustaría oír estarán llamando a mi puerta. PREPARADO PARA ENCONTRAR AL VERDADERO AMOR-

martes, 9 de febrero de 2016

Eckhart Tolle – ( Un nuevo mundo ahora)

Solo al despertar puedes conocer el verdadero significado de esa palabra-
En lugar de estar perdido en tus pensamientos, cuando estas despierto te reconoces como la conciencia que hay dentro de ellos. Entonces, pensar deja de ser una  actividad autónoma al servicio de si misma, que se apodera de ti y dirige tu vida. La conciencia quita el mando al pensamiento. En lugar de tener el control de nuestra vida, el consentimiento se convierte en el servidor de la conciencia. La conciencia es la conexión consciente con la inteligencia universal. Otra palabra que se le puede aplicar es Presencia: conciencia sin pensamiento.¿ Qué relación hay entre la conciencia y el pensamiento? La conciencia es el espacio en el que existen los pensamientos cuando dicho espacio se ha hecho consciente de si mismo.
Tu propósito interior es despertar. Así de simple. Compartes ese propósito con todas  las demás personas del planeta, porque es el propósito de la humanidad. Tu propósito interior es una parte esencial del propósito de todo, el universo y su inteligencia emergente. Tu propósito exterior puede cambiar con el tiempo. Varia de una persona a otra. Encontrar el propósito interior y vivir en armonía con él es la base para cumplir tu propósito exterior. Es la base del verdadero éxito.

domingo, 7 de febrero de 2016

J- M. COETZEE-

Detrás del garaje, el refugio volvía a estar montado, con el plástico negro extendido por encima. En el interior estaba tumbado el hombre con las piernas encogidas y a su lado un perro que levantó las orejas y se puso a menear el rabo. Un collie joven pero más que un cachorro negro con manchas blancas. Nada de fuegos le dije. ¿ lo entiende? No quiero fuegos, no quiero lios. Se incorporó frotándose los tobillos desnudos, mirando a su alrededor como si no supiera donde estaba. Una cara de caballo, demacrada por los elementos y con la hinchazón alrededor de los ojos característica de los alcohólicos, Unos extraños ojos verdes enfermos. ¿Quiere  comer algo? Le dije- Me siguió a la cocina, con el perro siguiendo sus pasos, y esperó mientras yo le preparaba un sándwich. Le dio un vacado, pero luego pareció olvidarse de masticar. Se quedó apoyado en la puerta con la boca llena; la luz se le reflejaba en los ojos verdes inexpresivos y el perro gemía suavemente. Tengo que limpiar le dije con impaciencia, e hice el gesto de cerrarle la puerta. Se marchó sin un murmullo, pero antes de que  doblara la esquina estoy segura de que le vi tirar el sándwich y de que el perro corría a recogerlo.

viernes, 5 de febrero de 2016

J.M.Coetzcee

Por detrás del garaje pasa un callejón, tal vez te acuerdes, a veces jugabas allí con tus amigos. Ahora es un sitio desierto y abandonado, donde se acumulan y se pudren las hojas que arrastra el viento.. Ayer, al final de ese callejón, me encontré una casa hecha de cajas de cartón y plásticos con un hombre encogido dentro, un hombre al que ya había visto por las calles, alto, delgado, con la piel curtida por la intemperie y unos colmillos largos y cariados, vestido con un traje gris holgado y un sombrero de ala caída. Llevaba el sombrero puesto y estaba durmiendo con el ala doblada por debajo de la oreja. Un marginado, uno de los marginados que rondan por los aparcamientos dela calle Mill, y piden dinero a la gente que  va de compras, beben bajo los pasos elevados y comen de los cubos de basura. Una de las personas sin hogar para las que agosto, el mes de las lluvias, es el peor mes. Dormido en su caja, con las piernas extendidas como una marioneta, boquiabierto. Lo rodeaba un olor desagradable: orina, vino dulce, ropa húmeda y algo más. Algo sucio .Me quedé un rato mirándolo,  observando y oliendo. Un visitante llegado para castigarme, precisamente en un día como ayer. Ayer fue también cuando el doctor me dio la noticia. No podía rechazarla. Tenia que cogerla en brazos y apretármela contra el pecho y llevármela a casa, sin lágrimas. Gracias doctor por su sinceridad. Haremos lo que podamos. Pero en aquel mismo momento, tras la fachada de camaradería vi que ya empezaba a alejarse. Debía su lealtad a los vivos no a los muertos. Solamente empecé a temblar cuando salí del coche. Después de cerrar la puerta del garaje me tiritaba todo el cuerpo; para recuperarme tuve que apretar los dientes y agarrar el bolso con fuerza. Fue entonces cuando vi la caja y lo vi a él.¿ Que está haciendo aquí? Oyendo la irritación de mi voz pero sin controlarla. No puede quedarse, tiene que irse. No se movió tirado en su refugio, levantó la vista, me examinó las medias de invierno, el abrigo azul, la falda cuya caída nunca me ha quedado bien. Sacó una bolsa y cerró la cremallera. Dejando detrás un olor a orina, pasó frente a mi, los pantalones se le caían y tiró de ellos hacia arriba. Yo esperé hasta estar seguro de que se había marchado.

miércoles, 3 de febrero de 2016

ANTÓN CHEJÓV ( el hombre enfundado)

En las cercanías de la aldea de Mironositskoye dos cazadores sorprendidos por la noche se disponían a pasarla en el pajar. No dormían, Ivan , viejo alto y enjuto de largos bigotes, estaba fuera, junto a la puerta, fumando una pipa a la luz de la luna. Burkin estaba dentro, tumbado en el heno. No podía vérseles a causa de la oscuridad. Estaban contando toda clase de historietas e incidentes. Entre otras cosas hablaron de la mujer de starotsta, Mavra lozana, y nada tonta, que nunca en su vida había traspasado la linde de su aldea natal ni había visitado la ciudad, ni visto el ferrocarril, y que había pasado los últimos diez años arrimada a la estufa, sin salir a la calle salvo por la noche.! Eso no tiene nada de extraño! dijo Burkin. Hay en este mundo bastante gente de índole solitaria que, como el cangrejo ermitaño o el caracol, trata de acurrucarse en su concha. Quizá se trata de un fenómeno de atavismo, de un retorno a la época del antepasado del hombre no era todavía un animal social y vivía solitario en su madriguera. Lo único que quería decir es que casos como el de Mabra no tienen nada de raros .