miércoles, 9 de marzo de 2016

ESPEJOS DEL ALMA khalil Gibran EL PETIRROJO

¡Oh petirrojo canta! Pues el secreto de la eternidad está en la canción. Desearía ser como tú libre de prisiones y cadenas. Desearía ser como tú un alma  volando sobre los valles. Bebiendo la luz como se bebe el vino en copas etéreas. Desearía ser como tú: inocente satisfecho y feliz. Ignorando el futuro y olvidando el pasado. Desearía parecerme a ti en belleza, gracia y elegancia. Y que el viento desplegara mis alas para que el rocío las engalanara. Desearía ser como tú: un pensamiento flotando sobre la tierra, , vertiendo mis canciones entre el bosque y e l cielo. !Oh petirrojo, canta! Y disipa mi ansiedad. Escucho una voz dentro de tu voz que susurra en mi alma.



martes, 8 de marzo de 2016

ELOY SÁNCHEZ ROSILLO

Van pasando los meses muy despacio, Hace ya casi un año regresé contra mi voluntad, porque no tuve otro remedio desgraciadamente- a la casa paterna, y cada día es una eternidad: no avanza el tiempo cuando no hay esperanza y respiramos en el  dolor y el tedio. Tal vez nunca vuelva a salir de aquí. Ni mi menguada bolsa ni las miserias indecibles que padece mi  cuerpo- por no hablar de las constante oposición que muestran los míos a que parta- me consienten pensar de nuevo en irme. Quedó lejos el mundo; aquellos días de Florencia, de Pisa, en que creí ser para siempre un hombre libre al fin. Entre los muros de este viejo palacio ineludible me debato en la angustia, maldiciendo el aciago destino que se opone a todos mis afanes. Nada tengo, pues me es ajeno cuanto me rodea en este pueblo infame en el que nadie quiso nunca- ni pudo comprenderme. Tan solo la solícita presencia de mi querida hermana que es acaso igual a mi en desdichas- me procura desagravio y refugio, algún consuelo en esta soledad. Más no es bastante. Soy un muerto que alienta. Si la vida dura en verdad bien poco. Es un fulgor muy intenso que cesa de repente cuando acaban los años juveniles. Después en apariencia, el existir prosigue. Peo no, no es ya la vida lo que está sucediéndonos, y somos en esta nada póstumos testigos de un simulacro triste. Nos quedamos entonces sin presente y sin futuro; todo lo que acontece nos remite al pasado, a la antigua llamarada. Mi juventud se fue. Canta el verano inútilmente en torno a mi dolor. Un día más de Agosto que termina. Ha caído la noche. Desde el cielo mira la compasiva luna llena. Sobre el hondo silencio de los campos tiembla la luz de las constelaciones. A mi memoria acuden las imágenes del ayer. El recuerdo me depara la extraña flor de la melancolía.

lunes, 7 de marzo de 2016

Arturo Perez Reverte (Los enmascarados)

 El enmascarado corpulento era hombre d e pocas palabras. Todavía aguardó rato en silencio, escuchando con atención cómo el de la cabeza redonda explicaba a Diego Alatriste  y al italiano los últimos detalles del asunto. Un par de  veces movió afirmativamente la cabeza, mostrando aprobación a lo que oía. Luego dio media vuelta hasta la puerta.
Quiero poca sangre – le oyeron insistir por últimas vez desde el umbral.
Por los indicios anteriores, el tratamiento, y sobre todo por el gesto de profundo respeto que le dedicó el otro enmascarado, el capitán dedujo que quien acababa de irse eras persona de muy alta condición. Aunque pensaba en ello cuando el de la cabeza redonda apoyó una mano en la mesa y miró a los dos espadachines a través de los agujeros de su careta con atención extrema. Había un brillo nuevo e inquietante en su mirada, como si todavía no estuviese dicho todo. Se instaló entonces un incómodo silencio en la habitación llena de sombras y Alatriste y el italiano se observaron un momento de soslayo, preguntándose sin palabras qué quedaba todavía por saber. Frente a ellos, inmóvil, el enmascarado parecía a guardar algo, o a alguien.
La respuesta llegó al cabo de un momento, cuando un tapiz disimulado en la penumbra del cuarto, entre los estantes de libros, se movió para descubrir una puerta escondida en la pared, y en ella vino a destacarse una silueta oscura y siniestra, que alguien menos templado que Diego Alatriste había tomado por una aparición. El recién llegado dio unos pasos, y la luz del farol sobre las mesa le iluminó el rostro marcando oquedades en sus mejillas afeitadas y hundidas, sobre las que un par de ojos coronados por espesas cejas brillaban febriles. Vestía el hábito religioso negro y blanco de los dominicos, y no iba enmascarado, sino a rostro descubierto: un rostro flaco, ascético, al que los ojos relucientes daban expresión de fanática firmeza. Debía de andar por los cincuenta y tantos años. El cabello gris lo llevaba corto, en forma de casquete alrededor de las sienes con una gran tonsura en la parte superior. Las manos que sacó de las mangas del hábito al entrar en la habitación, eran secas y descarnadas, igual que las de un cadáver.Tenia aspecto de ser heladas como la muerte.

viernes, 4 de marzo de 2016

Leyendas de la India ( Francisco Caudet Yarza)

Dice la historia que el muy iluminado nació en el año 543 a. de Cristo . Su progenitor se llamaba Subdodhama y era reyezuelo de uno de los pequeños ducados del nordeste de la India Kapilavastu, la capital del reino estaba situada en lo que actualmente el Nepal. Su madre se llamaba Maya que significa ilusión- y pertenecía a la nobleza de un ducado fronterizo, y se dice que todas las bellezas y virtudes del cuerpo y  del alma se daban cita  en ella.
En la víspera de la gran fiesta del solsticio de verano, advirtiendo Maya una secreta premonición, pidió permiso al monarca para recluirse en el departamento más alejado del gran palacio, sin cortejo ni servidumbre-
Quiero que durante todos los días que dure mi retiro penséis continuamente en que sois el padre de todos los seres y  que a todos améis con igual intensidad. Ordenar a todos, nobles y esclavos, que practiquen ayunos y abstinencias de modo que solo pensamientos de caridad y paz florezcan en sus mentes.
En la anoche del séptimo día, cuando la luna moteaba el paisaje encantado, Maya, después de hacer sus oraciones y abluciones, se recostó sobre el pequeño lecho puro y monástico. Y tuvo un sueño: el sueño de la anunciación. Los cuatro dioses guardianes del cielo vinieron hacia ella y las llevaron por los aires a la cima de la Montaña de las Nieves Eternas; allí la posaron, dulcemente, al pié del árbol de las mil ramas y las cuatro esposas de los guardianes celestes vinieron en seguida para purificarla mediante rigurosas abluciones de las aguas de un lago transparente. Frotaron su piel, después del baño, con ungüentos olorosos, prendieron flores en sus cabellos y la vistieron con ropas de indescriptibles riquezas.

jueves, 3 de marzo de 2016

Eloy Sánchez Rosillo- (LA VIDA)

Me ha despertado el alba, este alboroto hermoso de la tormenta. Está el cielo de Roma lleno de fuegos súbitos, de estrépitos, de vientos, de grandes nubes negras que se empujan, que entrelazadas giran hasta romperse y dejan caer el agua a cántaros. Contemplo con mucho gozo desde la ventana del cuarto que ocupo en este hotel, en este Albergo del Portoghesi, el don que para mi supone siempre la lluvia. No podría el verano transcurre agosto –darme otro presente que más ilusión me hiciera. Nos fatiga todo lo que no cambia, y empezaba a cansarme de los días azules que sin pausa se han ido sucediendo. Agradecen los ojos y el corazón esta tormenta que hoy hace que todo sea, de pronto, diferente. Baja el agua del cielo. Desde aquí la veo resbalar sobre la vieja cúpula de esta iglesia-la iglesia recoleta de San Antonio-y correr por los tejados y azoteas DEL BARRIO. La mañana avanza, pero apenas puede la luz del día abrirse paso. Hay en el aire oscuro un presagio de otoño que me pone en  el pecho cierta vaga tristeza. Siento ya nostalgia de estas horas. Cuando los años pasan, ocurrirá de nuevo en mi memoria una antigua tormenta de verano. La lluvia de esta mañana liquida de Roma será entonces la lluvia que alguien irá escribiendo con emoción y con melancolía. 

martes, 1 de marzo de 2016

Francisco Tomás Ortuño El rio

Cuando fue nombrado alcalde,  don Eduardo se frotó las manos: al fin vería cumplido el sueño de su  vida” Van a saber lo que es bueno”, musitó; “ van a saber de lo que soy capaz”, dijo bajo sin poder impedir que alguien le oyera, y que se comentara después el críptico pensamiento.
La verdad es que nadie sabía a ciencia cierta cuales eran las intenciones del nuevo alcalde de Cebolleda. Nadie imaginaba que Eduardo Ajo pensaba en el poder que le proporcionaría el rio que nacía en su termino municipal, un rio que regaba las tierras de su pueblo las de Castrogón de abajo y las de otros pueblos hasta llegar al mar.
Eduardo no quería a sus vecinos. Su antipatía se había manifestado en múltiples ocasiones. En competiciones deportivas, cada encuentro era una guerra, en la que insultos y hasta golpes menudeaban. Cada triunfo era para el contrario el peor castigo que podía sufrir. Cebolleda y Castregón de Abajo. Como pocos pueblos limítrofes se guardaban ojeriza desde no se sabia cuantos años o siglos.
Por eso. Eduardo Ajo, cuando tomó la vara que le confería poder musitó la frase enigmática de que “ van a saber de lo que soy capaz”  Su pensamiento estaba puesto en el rio y en sus vecinos de Castrogón. Cuantas veces mirando sus aguas se había dicho. ¿ Por qué dejar que nuestro rio pase a otras tierras? Si yo pudieras impedirlo…Y con esa idea llegaba al mismo nacimiento por el norte y sentía con la mansedad de sus aguas el ímpetu de sus pensamiento de sus sentimientos egoístas.
Fue pronto en una sesión memorable, que expuso su plan tan largamente acariciado.
Las aguas del rio no deben cruzar” la  frontera” ; son nuestras, y toda la riqueza que generen debe quedar aquí. Castrogon de Abajo se queda sin agua como yo me llamo Eduardo.