sábado, 10 de septiembre de 2016

Vivamos con su recuerdo.

Vivamos con su recuerdo, Ana. Yo también lo comprendía. Pero creo que debemos recordarlo con exquisito tacto para que los que viven cerca no se sientan desplazados por estos recuerdos. Un beso de tu tío Paco..

El 24 de junio de 2016, 23:54, Ana Tomás <malditacasualidad@hotmail.com> escribió:
Mi padre tenía el don de exorcizar los males : aflicciones, tristezas, desánimos... y otros fantasmas. Esto, sin tener en cuenta fórmulas magistrales: « Reina, tú lo único que tienes que hacer es estar contenta». Tenía el don y la intención en justo equilibrio. Tenía la inteligencia que hace buenos a los hombres y la belleza que emana de la inteligencia. Era un ser iluminado. Lo que yo llamo un espíritu libre. El mito de la caverna, de Platón, me explica en qué lado estaba él: distante de los prisioneros que interpretan las sombras.
El vacío de su ausencia se hace más grande cada día a golpe de recuerdo, de mención... Y duele. Cómo duele. Hace falta mucho vitalismo para sentir que pese a este dolor, merece la pena la experiencia de estar viva.
Por suerte es un soplo la vida.
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