Camilo José Cela Cirilo en un bache de su voluntad, accedió a que el joven de provincia se hiciera amigo suyo. Después, poco a poco empezó a encontrarlo simpático, y al final ¡que misteriosas son las reacciones del ser humano ¡ que diría don Serafin-hasta le tomó cariño, un cariño entendido de arriba abajo, bien cierto es un cariño un poco a vista de pájaro, pero grande y tutelador como el de los primogénitos a sus hermanos pequeños, sobre todo si son algo débiles, canijos y barrigones. Tuteémonos , es mejor que nos tuteemos. Entre compañeros no cabe el decirse de usted ; es muy frío y protocolario muy como de estar siempre en visita y sin tomar confianza. El joven de provincias reaccionó en tímido: eso de ser tratado de compañero le había conmovido. Bueno muchas gracias-¡ muchísimas gracias! Para mi es un gran honor, un honor inmerecido, pero ¡ no sé si me atreveré! A lo mejor no me acostumbro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario