viernes, 4 de marzo de 2016

Leyendas de la India ( Francisco Caudet Yarza)

Dice la historia que el muy iluminado nació en el año 543 a. de Cristo . Su progenitor se llamaba Subdodhama y era reyezuelo de uno de los pequeños ducados del nordeste de la India Kapilavastu, la capital del reino estaba situada en lo que actualmente el Nepal. Su madre se llamaba Maya que significa ilusión- y pertenecía a la nobleza de un ducado fronterizo, y se dice que todas las bellezas y virtudes del cuerpo y  del alma se daban cita  en ella.
En la víspera de la gran fiesta del solsticio de verano, advirtiendo Maya una secreta premonición, pidió permiso al monarca para recluirse en el departamento más alejado del gran palacio, sin cortejo ni servidumbre-
Quiero que durante todos los días que dure mi retiro penséis continuamente en que sois el padre de todos los seres y  que a todos améis con igual intensidad. Ordenar a todos, nobles y esclavos, que practiquen ayunos y abstinencias de modo que solo pensamientos de caridad y paz florezcan en sus mentes.
En la anoche del séptimo día, cuando la luna moteaba el paisaje encantado, Maya, después de hacer sus oraciones y abluciones, se recostó sobre el pequeño lecho puro y monástico. Y tuvo un sueño: el sueño de la anunciación. Los cuatro dioses guardianes del cielo vinieron hacia ella y las llevaron por los aires a la cima de la Montaña de las Nieves Eternas; allí la posaron, dulcemente, al pié del árbol de las mil ramas y las cuatro esposas de los guardianes celestes vinieron en seguida para purificarla mediante rigurosas abluciones de las aguas de un lago transparente. Frotaron su piel, después del baño, con ungüentos olorosos, prendieron flores en sus cabellos y la vistieron con ropas de indescriptibles riquezas.

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