lunes, 21 de diciembre de 2015

LEÓN TOLSTOI - La Sonata de Kreutzer.

Después de la reconciliación, creí que esto no volvería a ocurrir. Pero durante el primer mes de nuestra luna de miel, tuvimos un nuevo periodo de saciedad en que no nos necesitábamos, y sobrevino otro disgusto. Me sorprendió más que el primero, y entonces pensé que no había sido casual, si no algo que debía ser y que seria. El segundo me impresionó tanto más cuanto que surgió por una insignificancia, por una cuestión de dinero, que nunca estimé ni hubiera podido escatimar para mi mujer. Recuerdo que presentó la cosa de tal manera que una observación mía sin importancia pareció la expresión de mi deseo de dominarla por medio del dinero, sobre el que yo basaba mis derechos. Fue una discusión inverosímil, estúpida, baja e impropia tanto de ella como de mi. Irritado, le reproché su indelicadeza: ella me replicó y todo empezó de nuevo. Sus palabras así como la  expresión de su rostro y de sus ojos, revelaron de nuevo la misma hostilidad fría que me había sorprendido anteriormente. He tenido discusiones con mi hermano con mis amigos y con mi padre, pero nunca ha habido entre nosotros esa ira venenosa tan especial. Transcurrió algún tiempo, y a nuestro odio recíproco sucedió el estado de enamoramiento, es decir, de sensualidad. Me consolé con la idea de que nuestras dos primeras discusiones se debían a una mala interpretación, y que eso podia repararse. Pero he aquí que sobrevino la tercera y poco después la cuarta. Entonces comprendí que no eran casualidades, sino que así debía ser y que así seria. Me invadió el horror de pensar en lo que me esperaba. Además me atormentaba la terrible idea de que yo era el único que no se entendía con su mujer, que mi vida conyugal no correspondía con la que había esperado, y que a los demás matrimonios no les sucedía eso. Entonces ignoraba que esta es la suerte de todos, pero que cada cual se imagina, como me imaginaba yo, que esa desgracia solo le sucede a él. Cada cual oculta esa desgracia exclusiva y vergonzosa; no solamente de los demás, sino también de si mismo; nadie se atreve a confesársela. Eso empezó a partir de los primeros días de nuestro matrimonio y continuó intensificándose cada vez más. Durante las primeras semanas sentí en el fondo de mi alma que había caído en una trampa, que todo era distinto de lo que había esperado y que el matrimonio no proporciona la felicidad, sino algo muy penoso. Pero lo mismo que los demás no quería reconocerlo (si lo hago ahora es porque ha llegado el fin), y no solo se lo ocultaba a la gente, sino a mi mismo. A veces surgían palabras explicaciones e incluso lágrimas, pero otras… Me es penoso recordarlo. Después de las palabras más duras por ambas partes, súbitamente  aparecían miradas silenciosas, besos y abrazos. ¿Como es posible que no me diera cuenta entonces?

sábado, 19 de diciembre de 2015

MADAME BOVARY

Pensaba que algunas veces que aquellos eran, no obstante, los más hermosos días de su vida;  la luna de miel como decía. Para gustar su dulzura hubiera hecho falta indudablemente irse hacia esos países de nombres sonoros donde los días siguientes al matrimonio tienen las más suaves languideces. En las sillas de posta bajo las cortinas de seda azul, se suben al paso caminos escarpados oyendo la canción del postillón que se repite en la montaña con las esquilas de las cabras y el ruido sordo de la cascada. Cuando el sol se pone, se respira al borde de los golfos ele perfume de los limoneros; después por la noche sobre la terraza de las villas, solos y con los dedos entrelazados se mira a las estrellas haciendo proyectos.Le parecía que ciertos lugares de la tierra debían producir felicidad como una planta particular de aquel suelo, y que hubiera crecido mal en cualquiera otra parte! Qué no pudiese ella ponerse de pechos al balcón de los chalets suizos, o encerrar su tristeza en una cabaña escocesa con un marido vestido con chaqueta de terciopelo negro de largos faldones, y que llevara amplias botas, un sombrero puntiagudo y encajes en las mangas. Tal vez hubiera deseado hacer a cualquiera la confidencia de todas estas cosas; pero ¿como expresar un mal incomprensible, que cambia de aspecto como las nubes,  que se arremolina como el viento? Faltábanle pues, las palabras, la ocasión y el atrevimiento.


viernes, 18 de diciembre de 2015

MADAME BOVARY (GUSTAVE FLAUBERT)

Emma que tenia entonces quince años, se ensució  durante seis meses las manos con el polvo de los viejos gabinetes de lectura; más tarde, con Walter Soltt, se prendó de los asuntos históricos, soñó  cuerpos de guardia, menestrales, revueltas. Hubiera deseado vivir en alguna vieja fortaleza como aquellas castellanas de largo talle, que bajo el trébol de las ojivas, pasaban sus días con el codo apoyado sobre la piedra y la barbilla sobre la mano mirando si veían venir desde el fondo del campo un caballero  con plumas blancas y galopando sobre un caballo  negro. Por aquel tiempo profesó un gran culto por Maria Stuard, y tuvo revelaciones entusiastas por las mujeres más ilustres y más infortunadas. Juana de Arco, Eloisa, Ana Sorel, la bella Ferronniere y Clemencia Isaura se desprendían a sus ojos, como cometas de la inmensidad tenebrosa de la historia, donde también para ella sobresalían, pero más perdidos en la sombra y sin ninguna relación entre si . San Luis  con su encina, Bayardo moribundo, Luis XII con sus ferocidades, un poco de la Saint, el penacho del Bearnés, y siempre el recuerdo de los platos pintados en que se alababa a Luis XIV.
En la clase de música y en las  romanzas que cantaba no era cuestión más que de angelitos con alas de oro, vírgenes, lagunas, gondoleras; pacíficas composiciones que le dejaban entrever, a través de la candidez del estilo y de las imprudencias de la nota, la atractiva fantasmagoría de las realidades sentimentales. Algunas de sus compañeras llevaban al convento los álbumes que habían recibido como aguinaldos; era menester ocultarlos; este era el gran asunto, y eran leídos en el dormitorio, Manejando delicadamente sus bellas cubiertas de satin. Emma fijaba sus miradas absortas el el nombre de sus  autores desconocido, condes o vizcondes, por lo general, que también firmado al pié de sus versos. Estremecíase, levantando con su aliento el papel de seda de los grabados, que se alzaba medio plegado y volvía a caer dulcemente contra la página.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Madame Bovary (Gustave Flaubert)

Lejos de fastidiarse en el convento durante la primera época, le agradaba la compañía de las buenas monjas, que, para divertirla, la conducían a la capilla, a donde se penetraba dede el refectorio por un largo corredor. Jugaba a muy poco durante las horas de recreo, comprendía bien el catecismo.
Siempre era ella la que respondía a las preguntas más difíciles  del vicario. Viviendo pues, sin salir  nunca de la tibia atmósfera de las clases, y entre aquellas mujeres de cutis pálido que llevaban rosarios con cruz de cobre, se adormeció dulcemente a la mística languidez que se exhalaba de los perfumes del altar, de la frescura de las pilas de agua bendita y el  resplandor de los cirios.  En lugar de oír con atención la misa, miraba en su libro las viñetas piadosas pintadas de azul, y amaba al cordero enfermo, al sagrado corazón atravesado por agudas flechas, y al pobre Jesús que cae bajo el peso de su cruz. Intentó para mortificarse, permanecer todo un día sin comer y buscó en su imaginación algún voto extraño que cumplir.
Cuando iba a confesarse inventaba pecadillos, a fin de estarse más tiempo de rodillas ene la sombra, con las manos juntas y el rostro pegado a la rejilla, bajo el murmullo de las palabras del cura. Las comparaciones místicas de prometida esposa, amante celeste y matrimonio eterno, que se usan en todos los sermones, excitaban en el fondo de su alma dulzuras inesperadas. Por la noche, antes de rezar, había en la sala de estudio lectura religiosa; solía ser un resumen de la historia sagrada, o las conferencias del avate Frayssinous; esto durante la semana, y el domingo, como recreo, algún trozo del Genio del Cristianismo. ! Como escuchó por vez primera la lamentación sonoras de las melancolías románticas, repitiéndose en todos los ecos de la tierra y de la eternidad!  Si su infancia hubiera transcurrido en la trastienda de algún  almacenista o comerciante, tal vez se hubiera abierto entonces su alma a las invasiones líricas de la naturaleza, que por lo común no nos llegan más que por medio de la traducción de los escritores; pero ella conocía demasiado el campo el balido de los ganados, el ruido de las carretas. Habituada a los aspectos tranquilos, buscaba, por el contrario, los accidentados. No le gustaba el mar sino por sus tempestades, y  la vegetación solamente cuando asomaba entre las ruinas. Necesitaba sacar de las cosas una especie de provecho personal, y rechazaba como inútil todo cuanto no contribuía al alimento inmediato de su corazón, siendo de temperamento más sentimental que artista, buscando siempre emociones y nunca paisajes.
Habia e n el convento una vieja solterona  que acudía ocho días al mes a trabajar en la ropa blanca, protegida por el arzobispo por pertenecer a una antigua familia de nobles arruinados en la revolución; comía en el refectorio en compañía de las monjas,y después de la comida charlaba algo con ellas antes de volver a emprender su trabajo, y a menudo las educandas se escapaban del estudio para ir a verla. Sabía de memoria las canciones galantes del siglo pasado.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cuando volvió tenia muy mala cara.

Cuando volvió tenia muy mala cara. Estaba pálida  y se sentó como mareada, empezó a llorar, cuando recuperó la calma me explicó lo que ocurría. Ella llevaba tiempo saliendo con un chico. Tenían una relación muy tempestuosa, pero estaba enamorada de él. Él cuando fue a un congreso, ella le dijo que tenia una amiga ( yo ) que se dedicaba a lo mismo. ¡Ese chico es Gabriel! Me sentí fatal en ese momento. Imaginé su  dolor cuando yo le había explicado mis encuentros sexuales con el hombre que ella amaba. Me había utilizado, se había acercado a mi porque  sabia perfectamente que era amiga de su novia  y  quería hacerle daño o entrar en un juego perverso. Abracé a a mi amiga y lloré con ella , le expliqué que lo lamentaba. Mi amiga me dijo que él era un hombre cruel y que había jugado con las dos. No se esperaba encontrarme en casa de su novia. Le dije que era un cerdo. No se atrevió a replicar, lleno de rabia sois unas brujas .

martes, 15 de diciembre de 2015

Por Eve –Arnold- (Gente que trabaja)

Constituían una obra personal realizada por placer, y sobre ellas no pesaba ninguna de las restricciones que gravitan sobre el trabajo hecho por contrato.
También se tornaron en un caleidoscopio por el  que podía ver cómo nos relacionamos  con el mundo, como trabajamos para vivir  y  cómo vivimos para trabajar.” Todos venimos al mundo con un propósito. Para quienes tienen voluntad, siempre hay una labor y herramientas con las cuales realizarlas.”
“Ningún pueblo puede prosperar hasta que aprende que es tan digno labrar un campo como escribir un poema.”
“En rigor ninguna tarea bien hecha es privada, forma parte del trabajo del mundo” El trabajo me agrada, me fascina, Puedo sentarme y contemplarlo horas y horas. Me encanta  conservarlo a mi lado, la sola idea de librarme de él casi me  rompe el corazón”

lunes, 14 de diciembre de 2015

FRUTO DE LA FE- Ronald Jager-

Tendría yo diez años aquel atardecer de Junio. Desde el porche de mi casa me llamó la atención una plantita desconocida, que a lo sumo media quince centímetros de altura. Mi padre dijo que era un manzano tierno. Inmediatamente lo adopté. Yo iba a trasplantarlo y cuidarlo, y el arbolito prosperaría. Cuando yo fuera grande y cultivara estas tierras, me daría magnificas manzanas.
Para el trasplante, mi padre propuso un sitio entre el jardín y la entrada para el auto, y esa misma tarde hizo una excavación en el césped. Allí coloqué mi manzanito. Como no sabia yo nada de árboles frutales, ignoraba que los manzanos nacidos de semilla- en lugar de injertos, como los arboles de nuestro huerto- a menudo son estériles o dan fruta de baja calidad. Si mi padre sabía esto, prefirió no empañar mi optimismo.
Cuidé de mi arbolito como lo haría cualquier niño: a veces me olvidaba de el y en otros momentos le prodigaba afecto y atenciones.Lo asenté al ver que medraba a pesar de la mala hierba y de los periódicos ataques de Pearl, nuestras yagua de labor, que tenia debilidad por él y trataba de arrancarle una sabrosa rama  siempre que podía.
Pasaron los años y mi árbol dio algunas flores, pero ni un  solo fruto. Tiempo después leí ene un libro de texto de la escuela secundaria algo que me intranquilizó: los manzanos nacidos de semilla suelen dar frutos agrios y enjutos, de  aspecto prehistórico. ! De haberlo sabido antes ¡ Con todo era un lindo árbol y yo le profesaba cariño, así  que lo podé como recomendaba el libro. Por lo menos tendrías buen aspecto. Luego partí a la Universidad y me olvidé de mi árbol.
No mucho después empezó a dar primero con lentitud, luego con generosidad, y por último con exuberancia manzanas deliciosas y excelentes para todo; para comerlas crudas, en puré o deshidratadas. Además tenia menos insectos y enfermedades que los frutos de los arboles de nuestro huerto. Hace ya 35 años que mi árbol produce frutas casi perfectas. Cuatrocientos kilos de manzanas no son nada para él. Mis parientes y vecinos vienen a sacudir sus ramas y a llevarse lo que en ellas haya quedado. De haber tenido un mínimo de conocimientos en esta materia, ni siquiera me habría molestado en trasplantar y cuidar. Este se alimentó de mi fe ciega y la cosecha llegó puntual cada año.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Por Penny Porte- del Reader¨s Digest.

Una calurosa mañana me quedé pasmada cuando escuché el ruido de la manija de la puerta de la cocina. Tiger Lily que pesaba entonces mas de 135 kilogramos, entró en la casa Bufando, metió la nariz en la caja del pan y husmeó la mesa del comedor. Luego trató de rascarse los cuernos contra la mesa, y la levantó en vilo. Tendrá que salir a pastar junto  con las vaquillas y vivir como todas ellas: detrás del alambrado ordenó Bill. Asi cuando tenía nueve meses Lilý se sumó al resto del ganado. Sin embargo Bily la considerasba una oveja negra, como una mala hierba entre las flores.Reconozco que sobresalía entre los demás animales, con su enorme y delgaducho cuerpo color marrón, su  largo lomo y sus ancas, tan huesudas que bien habría podido colgar de ellas mi chaqueta. Yo salía a verla con frecuencia y siempre la encontraba pastando tranquilamente. Nunca me olvidó. Lo único que tenia que hacer era llamarla Lily ¿te acuerdas de m, ella mugía y se me acercaba para que le rascara donde sentía comezón.
No era raro encontrarla por las mañanas con los cuernos atorados en alguna cerca de alambre, ¡ qué torpe! , rezongaba Lily  mientras trataba de zafarla. Cuando tenia tres añós Lily se metió en el más serio de los aprietos. Estábamos pasando por una racha de alumbramientos difíciles. Nacian becerros demasiado grandes tanto que ya se nos habían muerto siete en el parto. Es este uno de los riesgos que se presentan cuando carga a las vaquillas un toro nuevo. Lily esperaba a su primer vástago. A menudo las vacas que están a punto de parir buscan un rincón distante. El recién nacido yacia inmóvil a unos metros de la madre. Estaba muerto. Me arrodillé junto a Lily ¿ por què tuvo que sucederte esto? En algún momento en que le puse la mano sobre la nariz, salió de su cuerpo un débil gemido. Sin duda había percibido el olor del becerro en mis manos. La presión de los costados de la acequia le oprimía los pulmones, ¡ Ayúdala, Señor!

FUERZA PARA VIVIR-

El cuerpo tiene muchas partes: manos, pies, rodillas, codos, orejas y una buena cantidad de órganos que no podemos ver, como el hígado, la vesícula y el corazón. Cada uno de nosotros funciona como parte de ese cuerpo. No debe molestarte de que otra persona sea un ojo, solo porque eres un dedo. Ambos son importantes, aunque tengan que realizar tareas distintas.
Si un grano de arena ha caído en el ojo, éste necesita de la ayuda  del dedo. Ni el codo ni el pié le servirán de nada. Asimismo el  dedo necesita del ojo para ver > la mota de algodón que empleará para quitar el grano de arena del ojo. Y ambos necesitan de los pies para dirigirse al baño, donde encontraran  el algodón. Por otra parte, no podemos llevar el dedo hacia el ojo si el codo se nos pone rígido. ¿ verdad? Todas las partes del cuerpo son necesarias.
Amarnos los unos a los otros significa que todos somos un solo cuerpo. No es un edificio,ni siquiera una organismo. Es un grupo  de personas, todas ellas diferentes, que aman al señor y se aman entre si. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama.

DEBORH MORRIS – El gélido tiempo exterior hacia del remolque un acogedor refugio  aquella noche del 23 de Diciembre de l99O . ¿Alguien quiere una galleta? le preguntó a Esteve de veintiún años, y a su hija de tres, que estaban en la habitación contigua. La niña apareció al punto vestida solo con ropa interior y un camisón. ! Yo ¡  dijo con una sonrisa que hacia que se le formaran hoyuelos en las mejillas.
Melinda de veinte años había pedido permiso para no ir ese día al restaurante en que trabajaba, a fin de poder hornear sus manjares navideños. Y Esteve había perdido su empleo la semana anterior, por lo que también estaría en casa.
Alrededor de la media noche, Melinda fatigada, apagó  el horno. Steve ya se había acostado y Brittany se había quedado profundamente dormida en el suelo. El pequeño árbol de Navidad brillaba alegremente junto a ella.
Melinda miró a su hija y sonrió. ! Se ve tan cómoda ¡ Voy a dejar que duerma ahí, la cubrió con una manta, la besó en la mejilla y se fue a dormir.
El reloj de la mesita de noche marcaba las 9,3O de la mañana cuando Melinda se despertó sobresaltada. Hoy no tengo que trabajar recordó de pronto, dando un suspiro de alivio. Entonces advirtió que la casa estaba muy silenciosa. Al entrar en la sala sintió una corriente de aire helado. Y vio la puerta principal abierta de par en par. Empujó loa puerta de malla metálica, y esta ofreció resistencia debido a que estaba congelada. ¡ qué bueno!  Se tranquilizó. Así no pudo haber salido. Pensó que quizá su hija estuviera gastándole una broma. Entonces Melinda corrió a despertar a Steve.
¡No encuentro a Brittany ¡ dijo angustiada. De pronto los ojos de Melinda se posaron en la puerta… y en el paisaje invernal de afuera. De pronto divisó algo entre dos remolques. Brittany vestida solo con ropa interior y camisón, yacía en la nieve. Sus ojos miraban fijamente y tenia la boca abierta. Parecía una muñeca de porcelana. El cuerpecito estaba rígido, empezó a echarle cobertores encima. En ese momento entró un vecino se acercó a tomarle el pulso. Meneando la cabeza, puso las manos en el pecho de la niña y comenzó a aplicar el procedimiento de resucitación cardiopulmonar.
A las 4,3O de la tarde cuando Brittany arribó trató de evaluar el estado neurológico de la niña. Melinda llegó al hospital dos horas después. Se está recuperando muy rápidamente les dijo a los jóvenes esposos.

viernes, 11 de diciembre de 2015

DON QUIJOTE DE LA MANCHA ( capítulo XXXIII )

¡Desdichado y mal advertido de ti, Anselmo! ¿ Que es lo que haces? ¿ Que es lo que trazas? ¿ Que es lo que ordenas? Miras que haces contra ti mismo trazando tu deshonra y ordenando tu perdición. Buena en tu esposa  Camila; quieta y sosegadamente la posees; nadie sobresalta tu gusto ; sus pensamientos no salen de las paredes de su casa; tú eres su cielo en la tierra, el blanco de sus deseos, el cumplimiento de sus gustos y la medida por donde mide su voluntad ajustándola en todo con la tuya y con la del cielo. Pues si la mina de su honor, hermosura, honestidad y recogimiento te da  sin ningún trabajo la riqueza que tiene y tu puedes desear .¿ Para qué quieres ahondar la tierra , y buscar nuevas vetas de nuevo y nunca visto tesoro poniéndote a peligro que todo venga abajo, pues, en fin se sustenta sobre los débiles arrimos de su flaca naturaleza? Mira que el que busca lo imposible, es justo que lo posible  se le niegue, como lo dijo mejor un poeta, diciendo:

 Busco en la muerte la vida.
salud en la  enfermedad,
en la prisión libertad
en lo cerrado salida
y en el traidor lealtad
En efecto , la hermosura y la bondad de Camila, juntamente  con la ocasión que el ignorante marido le había puesto en las manos dieron con la lealtad de Leotario en tierra.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Don Quijote – Capitulo XXXIII –

Acabaron de comer, levantaron los manteles, y Anselmo dijo  a Lotario que se quedase allí con Camila en tanto que él iba a un negocio forzoso; que dentro de hora y media volvería. Rogóle Camila que no se fuese, y Lotario se ofreció a hacerle compañía; más nada aprovechó con Amselmo; antes importunó a  Lotario que se quedase y aguardase, porque tenía que tratar con él una cosa de mucha importancia. Dijo también a Camila que no dejase solo a Lotario, en tanto que él volviese. En efecto, él supo también fingir la necesidad o necedad de su ausencia, que nadie pudiera entender que era fingida. Fuese Anselmo, porque la demás gente  de casa se había ido a comer, Viose Lotario puesto en la estacada que su amigo deseaba, y con el enemigo delante,   que pudiera vencer con solo su hermosura a un escuadrón de caballeros armados; mirar si era razón que le temiera Lotario.
Pero lo que hizo fue poner el codo sobre el brazo de la silla, y la mano abierta en la mejilla, y pidiendo perdón a Camila del mal comedimiento, dijo que quería reposar un poco en tanto que Anselmo volvía. Camila le respondió que mejor reposaría en el estrado que en la silla, y así, le rogó que entrase a dormir. No quiso Lotario y allí se quedó durmiendo hasta que llegó Anselmo, el cual como halló a Camila en su aposento y a Lotario durmiendo, creyó que, como se había tardado tanto, ya habrían tenido los dos  lugar para hablar y aun, para dormir, y no vio la hora en que Lotario despertase, para volverse con él fuera y preguntarle de su aventura.
Todo sucedió como él quiso.


martes, 8 de diciembre de 2015

NATHANIEL HAWYHORNE -prologo de Luis Loayza- hombre tenebroso

NATHANIEL HAWYHORNE-prologo de Luis Loayza- hombre tenebroso! exclamó el pastor, aterrado. Que crimen horrible pesa sobre tu alma, ahora que llega para ti la hora del juicio?
La respiración entrecortada del Padre Hooper le sonaba roncamente en la garganta y sin embargo, con un gran esfuerzo, echó ante si las manos para asir la vida y sujetarla mientras hablaba, Hasta se incorporó y logró sentarse en la cama, temblando entre los brazos de la muerte, con el rostro cubierto por el atroz velo negro que, en estos últimos momentos, reunía los terrores de toda una vida.  Y no obstante, la vaga sonrisa triste que fue siempre suya parecía relucir en la oscuridad y demorarse en sus labios.
¿ Por qué tiemblan solo ante mi>>, gritó volviendo el rostro velado al circulo de pálidos espectadores. !  Tiemblen ante cada uno de ustedes ¡ ¿ Acaso fue solo por el velo negro que los hombres me evitaron, las mujeres me negaron su compasión y los niños huyeron de mi dando gritos? ¿ Porqué fue tan temible este pedazo de crespón si no por el misterio que oscuramente representa ? Cuando el amigo enseñe a su amigo, y el amante a su amada, lo más profundo del corazón; cuando el hombre no se oculte en vano del ojo de su creador. Guardando como un tesoro abominable el secreto de su pecado, digan entonces que he sido un monstruo, que me acuse el símbolo con el que he vivido y con el que muero ¡ ¡ Miro en torno mio y en todas las caras veo el velo negro.! Mientras quienes lo habían escuchado evitaban mirarse, cada uno temeroso de los demás, el padre Hooper cayó sobre la almohada, cadáver velado en cuyos labios duraba  aún una  leve sonrisa. Todavía velado lo pusieron en el ataúd y fue un cuerpo velado que llevaron a la tumba. Durante muchos años ha crecido y se ha secado la hierba sobre esa tumba, la lápida está cubierta de musgo y la cara del señor Hoopen es ahora polvo; pero sigue siendo terrible la idea de que se deshizo cubierta por el velo negro.

April Herse. El arte de contar cuentos.

A los niños, muy pocas cosas les gustan tanto como las aventuras de la imaginación.
Había una vez una casa vieja, muy parecida a esta. Una noche, la  víspera de Navidad, se oyó un gran ruido en el techo…
Entonces le pregunté al mayor de los chiquillos. ¿Sabéis qué pasó? Él ya conocía el juego e inmediatamente continuó:
Los niños corrieron al ático y se llevaron una gran sorpresa: encontraron un hipopótamo pequeño, sentado entre un montón de libros.
La tempestad continuaba con toda su furia y nosotros seguíamos en nuestro apretado circulo. Hacíamos por turno aportaciones  a la historia del hipopótamo el cual había sido robado de un zoológico. Los niños más pequeños inventaban detalles de loca imaginación, y los adultos conducimos a lo largo de una hora que duró el apagado. Hasta que el hipopótamo llegó al Polo Norte para sacar el Trineo de Santa Claus de la nieve porque se había atascado.

jueves, 3 de diciembre de 2015

GUSTAVO ADOLFO BECQUER La rosa de la pasión.

Una tarde de verano, y en un jardín de Toledo, me refirió estas singular historia una muchacha muy buena y muy bonita,
Mientras me explicaba el misterio de su forma especial, besaba las hojas y los pistilos que iba arrancando uno a uno de la flor que da nombre a esta leyenda. Si yo la pudiera referir con el suave encanto y la tierna sencillez que tenia en su boca, os conmovería como a mi me conmovió, La historia de la infeliz Sara. Ya que esto no es posible, ahí va lo que de esa piadosa tradición, se me acuerda en este instante.
Dicen-prosiguió- dicen. Muchas cosas… Entre otras,  que su hija está enamorada de un cristiano. Al llegar a este punto el desdeñado amante de Sara se detuvo para ver el efecto que sus palabras hacían en Daniel. ¿ Y quien dice que eso no es una calumnia? Quien los ha visto conversar en esta misma calle, mientras  tu asistes al sanedrín de nuestros rabinos-insistió el joven hebreo, admirado de que sus sospechas primero, y después sus afirmaciones , no hiciesen mella en el ánimo de Daniel. Je je , Je  decía de una forma extraña y diabólica .- ¿ Como a mi Sara, al orgullo de la tribu, al báculo en que se apoya mi vejez, piensan arrebatármela un perro cristiano.?  ¿ Y vosotros creéis que lo hará? Daniel dirán los míos ya chochea. ¿ Para qué quiere ese viejo moribundo y decrépito ese hija tan hermosa y tan joven, si no sabe guardarla de los codiciosos enemigos?  ¿ Crees tú por ventra que Daniel duerme?... Crees tú que Daniel no sabrá vengarse.