NATHANIEL HAWYHORNE-prologo de Luis Loayza- hombre tenebroso! exclamó el pastor, aterrado. Que
crimen horrible pesa sobre tu alma, ahora que llega para ti la hora del juicio?
La respiración entrecortada del Padre Hooper le sonaba roncamente
en la garganta y sin embargo, con un gran esfuerzo, echó ante si las manos para
asir la vida y sujetarla mientras hablaba, Hasta se incorporó y logró sentarse
en la cama, temblando entre los brazos de la muerte, con el rostro cubierto por
el atroz velo negro que, en estos últimos momentos, reunía los terrores de toda
una vida. Y no obstante, la vaga sonrisa triste que fue siempre suya
parecía relucir en la oscuridad y demorarse en sus labios.
¿ Por qué tiemblan solo ante mi>>, gritó volviendo
el rostro velado al circulo de pálidos espectadores. ! Tiemblen ante cada
uno de ustedes ¡ ¿ Acaso fue solo por el velo negro que los hombres me
evitaron, las mujeres me negaron su compasión y los niños huyeron de mi dando
gritos? ¿ Porqué fue tan temible este pedazo de crespón si no por el misterio
que oscuramente representa ? Cuando el amigo enseñe a su amigo, y el amante a
su amada, lo más profundo del corazón; cuando el hombre no se oculte en vano del
ojo de su creador. Guardando como un tesoro abominable el secreto de su pecado,
digan entonces que he sido un monstruo, que me acuse el símbolo con el que he
vivido y con el que muero ¡ ¡ Miro en torno mio y en todas las caras veo el
velo negro.! Mientras quienes lo habían escuchado evitaban mirarse, cada uno
temeroso de los demás, el padre Hooper cayó sobre la almohada, cadáver velado
en cuyos labios duraba aún una leve sonrisa. Todavía velado lo
pusieron en el ataúd y fue un cuerpo velado que llevaron a la tumba. Durante
muchos años ha crecido y se ha secado la hierba sobre esa tumba, la lápida está
cubierta de musgo y la cara del señor Hoopen es ahora polvo; pero sigue siendo
terrible la idea de que se deshizo cubierta por el velo negro.
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