miércoles, 25 de marzo de 2015

ERNEST HEMINGWAY (Las nieves del Kilimanjaro)

Cerca de la cima se haya el esqueleto seco y helado de un leopardo y nadie ha podido explicarse que estaba haciendo el leopardo por aquellas alturas.
Lo maravilloso es que no huele- dijo- Así se sabe cuando empieza. ¿de veras? Absolutamente. Aunque siento mucho lo del olor. No se puede evitar, y debe molestarte. ¿eh? !N0! No digas eso por favor. Míralos. ¿Qué será lo que los atrae? ¿Vendría por la vista o por el olfato? El catre donde yacía el hombre estaba situado a la sombra de una ancha mimosa. Ahora dirigía su mirada hacia el resplandor de la llanura, mientras tres de las grandes aves se agazapaban en posición obscena y otras doce atravesaban el cielo, provocando fugaces sombras al pasar. No se han movido de allí desde el día que nos quedamos sin camión- dijo –Hoy por primera vez han bajado al suelo. He observado que al principio volaban con precaución, como temiendo que quisiera cogerlas para mi despensa. Esto es muy divertido, ya que ocurrirá todo lo contrario. Quisiera que no fuese asi, Es un decir, si hablo me resulta más fácil soportarlo-Pero no quiero molestarte, por supuesto. Bien sabes que no me molesta – contestó ella. ¡ Me pone tan nerviosa no poder hacer nada! Creo que podríamos aliviar la situación, hasta que llegue el aeroplano. .O hasta que no venga… Dime que puedo hacer. Te lo ruego. Ha de existir algo que yo sea capaz de hacer. Puedes irte, eso te calmaría. Dudo que puedas hacerlo. Tal vez será mejor que me mates. Ahora tienes mejor puntería. Yo te enseñé a tirar ¿no? No me hables así por favor.¿ No podría leerte algo? Cualquier libro de los que no hayamos leído. Han quedado algunos. No puedo prestar atención. Hablar es más fácil. Así nos peleamos, y no deja de ser un buen pasatiempo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario