La priora fue a ocupar su sillón en el coro en medio de la comunidad. La hija de Maese Pérez abrió con mano temblorosa la puerta de la tribuna para sentarse en el banquillo del órgano, y comenzó la misa .
Comenzó la misa y prosiguió sin que ocurriese nada de notable hasta que llegó la consagración. En aquel momento sonó el órgano, y al mismo tiempo que el órgano un grito de la hija de maese Pérez…
La superiora, las monjas y algunos de los fieles corrieron a la tribuna.! Miradle !!Miradle!- decía la joven fijando sus desencajados ojos en el banquillo, de donde se había levantado asombrada para agarrarse con sus manos convulsas al barandal de la tribuna.
Todo el mundo fijó sus miradas en aquel punto. El órgano estaba solo y, no obstante, el órgano seguía sonando… sonando como solo los arcángeles podrían imitarlo en sus raptos de místico alborozo.
¿ No os lo dije yo una y mil veces, mi señora doña Baltasara, no os lo dije yo?... ¡ Aquí hay busilis…! Oidlo, que , ¿ no estuvisteis anoche en la misa del Gallo? Pero en fin ya sabréis lo que pasó. En toda Sevilla no se habla de otra cosa… El señor arzobispo está hecho, y con razón, una furia…Haber dejado de asistir a Santa Inés; no haber podido presenciar el portento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario