lunes, 19 de enero de 2015

Miguel Delibes ( la partida)- LA CONTRADICCIÓN


,-,-,-,-,-,-,-,-,-,-,-,-,-,-- Eso es un  hermoso propósito, hijo- dijo sor Matilde .-¿ Pediste perdón a Dios?  Bueno añadió él, ahora penosamente-, si he de llamar hermano mío>> al conductor, me temo que ello no va a ser posible, madre. ¿ Tanto le odias? Compréndame él me la jugó, madre. Se metió en la acera mientras yo preguntaba a un transeúnte por la calle  de la Pureza. No hay ningún convento de clausura en la calle de la Pureza, ¿ No es cierto madre?  ¡Calla criatura! Bien. Recógete en ti  y eleva tu alma al señor. La boca del muchacho maduró súbitamente en un rapto de rebeldía: ¿ Es que voy a morirme madre? ¿ Dijo eso el doctor? Sor Matilde le buscó el pulso y contaba mientras rezaba. Luego aguzó el oído por si se oyeran pasos en el corredor. Había decidido no separarse de él. Reparó, entonces en sus oscuras manos, demasiado grandes, de yemas achatadas por  el trabajo. La uña del pulgar derecho estaba partida en dos-  No es eso hijo. Pero nunca será demás ponerse a bien con el Señor. El muchachito pensó:<No debo llorar> En el café Lion , de Salamanca, no lloraba aun cuando los  veteranos sin ningún derecho, se le anticipasen. Él decía. ! Limpia! Con exacta precisión, con fe y coraje, pero a la seña del cliente acudía siempre otro de más edad. Los colegas formaban en su torno una competencia asfixiante. Él era nuevo  en el gremio se cerraba a cualquier intromisión. Bueno él no lloraba entonces, ni lloraba ahora. Ni lloró siquiera  cuando se deshizo de la caja y los utensilios..Tampoco lloró cuando se puso en camino- a pié, que es más seguro para buscar a la  Modes. Allá en el Lion un viejo catedrático en la Escuela de Comercio le dijo una tarde: ¿ Quieres trabajar’. Ël respondió: de eso se trata. De querer y no poder. Agregó el otro. En Valladolid hay más campo. El muchachito sentado en la diminuta banqueta, había pensado. La Modes anda por Valladolid, Notaba ahora la apisonadora más incrustada en el pecho, Dijo: Madre, de Simancas acá me trajo un motorista en la trasera.. Correr en moto es como dominar el mundo madre. Hablaba a trompicones y cada palabra le suponía un intenso dolor: Pero  el muchachito ya no localizaba  las punzadas. Tanto podían ser en s u  cuerpo como en el jergón. Sus fauces ardían con un fuego de rescoldo sin llama. Quiso mover la mano de la uña rota y no le obedeció. Se había convertido de súbito en un miembro independiente. Casi le hizo reír aquella rebeldía de lo único que hasta entonces fuese enteramente suyo.! Doctor! Chilló crispada- ¡ doctor ¡ El  doctor que era un hombre de edad se aproximó a ella. Bueno ha muerto ¿ Es eso lo que quería decirme, hermana ?

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