domingo, 15 de febrero de 2015

FRANCISCO TOMAS ORTUÑO- ¿Como pude verlo si no tenia cuerpo?

No lo sé, pero su figura se me ofreció. Descargó en la cabeza de uno como un vaho, que lo envolvió. Fue recibir este aliento diabólico y su rostro se transfiguró. Sus ojos se enrojecieron como inyectados en sangre; sus brazos quisieron golpear, su voz se alzó para gritar. Estaba furioso, poseído por el demonio. El asqueroso volador, con risa siniestra seguías volando con agilidad felina. Como un  tábano, se movía a velocidad meteórica. Vi que se acercaba peligrosamente  a otro del grupo que, hasta entonces permanecía tranquilo. Y ! zas!  De pronto le insufló su aliento, como una nubecilla, que fue cubriendo su cabeza. Como antes, la tranquilidad se alteró en él y empezó a dar saltos y gritos nerviosos.
Me expliqué situaciones anteriores que parecían carentes de toda lógica: discusiones violentas, homicidios, altercados, violaciones, robos, atentados… Eran la consecuencia directa de un soplo del demonio, que buscaba la discordia donde había paz.

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