La huelga es una forma de pedir en democracia. ¿ Qué no me das? Pues vamos a la huelga” Y hoy una , mañana otra, no pasa día que no haya. ¿ De qué va la de hoy? Se preguntan los que ven pasar el gentío con altavoces y pancartas. “ De los tomateros de Alhama” , “ ¿ Y” la de ayer? De los inmigrantes sin papeles” Y es que por unas o por otras, las calles de Murcia se vuelven intransitables. Los guardias te desvían de t u camino, y para llegar a casa no ves la forma. “ Es que voy a diez metros de aquí” “ Déla vuelta, las calle está cortada por la huelga”
Así un día y otro también. Pero en los pueblos pasa lo mismo. ¿ Son los sindicatos los que convocan estas protestas? ¿ Son los propios obreros? ¿ Los del sector de la madera, de la lana, de la leche o del melón? Aquí no sabemos, pero todos se manifiestan. Que si los productores de almendra, de oliva, de melocotón, de peras; que si los perjudicados por la lluvia, por la sequía, por el pedrisco, por las plagas, que si los que son objeto de malos tratos por su parienta, los que han sido robados por violentos, los que no sufren los ruidos de la vecindad…Por todo a la huelga ¡Pobres políticos, si se toman en serio su cargo! En sus casas le dirán. ¿ Aun estáis vivos? ¿Pero os queda tiempo para algo más que no sea pactar con huelguistas?
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