viernes, 29 de mayo de 2015

CAMILO JOSÉ CELA (Café de artistas y otros papeles volanderos)

La puerta giratoria da vueltas sobre su eje, tiene un ruido mimoso, está amoroso. En la puerta giratoria hay cuatro reservados , cuatro departamentos, si los poetas son flacos y espirituales, hasta pueden cabert dos en cada porción. Los departamentos de la puerta giratoria tienen la forma de las porciones del queso fresco, del blando y albo queso reconstituyente, un queso para madres lactantes. La puerta giratoria tiene un cepillito a los bordes, de arriba abajo, para que no se cuele el frio de la calle. La puerta giratoria es un bonito símil, algo así como una metáfora a la que se le puede sacar mucho partido. El café de artistas está lleno de  bonitos símiles.
Se han convocado unos juegos florales de Huesca. Flor natural y tres mil pesetas. Tema libre.
La poesía también está llena de bonitos símiles. Lo del blanco sudario de la nieve ya se lleva poco. Ahora se estila más hacer juegos de palabras y decir víspera y costado. Vísperas es muy frutal, es casi como níspero. Costado es muy hondo y religioso, es como jaculatoria.
Las señoras engordan, pero no importa. Las señoras escriben sus versos y sus prosas, pero tampoco importa. Se trata de un problema de glándulas de secreción interna.
Los poetas toman café con leche, que siempre alimenta. Algún poeta de vez en cuando, pasa y se ahorra catorce reales. Las señoras en cambio, no pasan jamás. Las señoras son insaciables. Deme un café con leche. Un joven de provincia se siente galante. ¿Quiere usted una copita de anisete?

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